El artefacto colocado hoy por la banda terrorista ETA en la carretera N-232, en la localidad riojana de Fuenmayor, constituye su sexta acción de esta clase en los últimos tres años, y en esta ocasión coincide con la operación especial de tráfico por el regreso de las vacaciones de verano. La explosión se produjo a las 16.25 horas, en el kilómetro 422 de la N-232, que une Vitoria y Vinaroz (Castellón), en un talud de una zona deshabitada y frente a unas bodegas, después de que un comunicante avisara en nombre de ETA de la colocación de varios artefactos que supuestamente iban a explotar en determinados puntos de carreteras. Según indicaron fuentes de la lucha antiterrorista, el artefacto no causó ningún tipo de daños y sólo levantó una polvareda en la zona. Sin embargo, efectivos de los Tedax rastrean otros tramos de carreteras en Cantabria, Burgos y Guipúzcoa en las que también se anunció la colocación de artefactos. Con ésta, son ya cuatro las ocasiones en las que ETA ha colocado artefactos explosivos en carreteras españolas durante operaciones especiales de tráfico. Las otras dos veces, en los últimos tres años, en que los terroristas han detonado bombas en la red viaria coincidieron con el paso del Tour de Francia por el pirineo español y con una jornada de huelga por la muerte de dos presos de ETA. La más reciente de este tipo de acciones se produjo el pasado 25 de julio, cuando estallaron dos artefactos en el término municipal de Isaba, cerca del puerto de Belagua, en Navarra, poco después del paso por este lugar de la caravana publicitaria del Tour de Francia. A la altura del kilómetro 51 de la carretera nacional 1.370, a unos 800 metros de la frontera franco-española, ETA hizo explotar, sin consecuencias, entre 500 y 1.000 gramos de explosivos a 50 metros de la carretera. Con anterioridad, el 9 de marzo de 2006, pocos días antes de declarar un alto el fuego, la banda terrorista colocó cuatro artefactos en Cabriana (Burgos); en la AP-68, entre Pamplona y Zaragoza; en Ontón (Cantabria), y en Viana (Navarra). Finalmente, sólo estallaron los de Ontón y Viana, en una jornada que coincidió con una huelga promovida por la izquierda abertzale en protesta por la muerte de los presos etarras Igor Angulo y Roberto Sainz. Las otras tres acciones de este tipo han ocurrido siempre con motivo de alguna operación especial de tráfico. Así, el 3 de diciembre de 2004 la banda terrorista puso cinco artefactos de poca intensidad en gasolineras de carreteras de la Comunidad de Madrid, con ocasión de operación salida del puente de la Constitución, que provocaron heridas leves a dos policías. Debido a los atentados se cortaron eventualmente las carreteras de Colmenar (M-607), de La Coruña (A-6), de Valencia (A-3), de Extremadura (A-5) y de Toledo (A-42), lo que causó grandes atascos. El 29 de julio de 2005, durante la operación salida de agosto, dos bombas colocadas por ETA estallaron en las carreteras de Extremadura (A-5) y de Andalucía (A-4) a su paso por las localidades toledanas de Maqueda y Madridejos, respectivamente, aunque ambas habían sido anunciadas de manera anónima al diario Gara y originaron daños materiales. Otra de estas acciones ocurrió el 6 de diciembre de 2005, en el Día de la Constitución, cuando cinco artefactos de escasa potencia estallaron en el kilómetro 56 de la M-40, el 25 de la M-45, el 47 de la M-50, el 25 de la carretera de La Coruña (A-6) sentido Galicia, y la salida 17 de la A-2 dirección Zaragoza.