El PSOE se sumó ayer a la solución propugnada por IU para Marbella: la disolución de la corporación. La dirección socialista ha pedido al PP y al Partido Andalucista (PA) abrir una negociación para garantizar la gobernabilidad del municipio, pero si no hay acuerdo, propone el mecanismo extremo de la disolución del consistorio.

La moción de censura contra el alcalde Julián Muñoz --del GIL, pero enfrentado al que fuera su mentor, Jesús Gil-- sigue dependiendo de lo que hagan los tres concejales del PA. La moción necesita 14 votos para salir adelante y ahora cuenta con el apoyo de ocho ediles afines a Jesús Gil y tres de los cinco socialistas. Los cuatro del PP se mantienen al margen y los del PA están en una posición de cierta ambigüedad, pese a que la dirección del partido acordó el martes retirar su apoyo a la censura y explorar otras fórmulas.

UNA "BARBARIDAD"

El concejal del PA Carlos Fernández calificó de "barbaridad" la disolución del consistorio y aseguró a este diario que su partido procurará negociar con el PSOE y el PP una fórmula que garantice la gobernabilidad del municipio. Si esa fórmula no se encuentra antes del pleno del día 13, no descarta que él y sus dos compañeros voten la censura.

En su opinión, la fórmula pasa por que los tres partidos y los ediles del GIL contrarios a Muñoz se repartan el poder municipal. Fernández considera imprescindible echar a Muñoz de la alcaldía y recuerda que es objeto de una investigación judicial por supuesto pago irregular de cinco millones de euros a una sociedad de su abogado, el presidente del Sevilla, José María del Nido, por unas obras inexistentes.

El PSOE no ha logrado que sus tres concejales marbellís que se mantienen en rebeldía acaten la orden de desvincularse de la moción porque vulnera el pacto antitransfuguismo suscrito con el PP. Por eso, el secretario de organización socialista, José Blanco, se mostró ayer dispuesto a la negociación con el resto de partidos, pero puso sobre la mesa la posibilidad de disolver la corporación municipal "si hay una situación de desgobierno por intereses espúreos". La disolución del ayuntamiento debería tomarla el Consejo de Ministros.

EL PP ESPERA A LA MOCION

El dirigente del PP Eugenio Nasarre, por su parte, declaró que su partido esperará a los resultados que se deriven del debate de la moción de censura antes de proponer que se apliquen las medidas legales necesarias para evitar el "desgobierno" en la ciudad. Además, subrayó que el PP no participará en ningún "enjuague" de reparto de poder, ni en ninguna maniobra política que "no sea clara y transparente".

La coordinadora de organización del PP, Ana Mato, calificó de "cinismo extraordinario" que el PSOE proponga una reunión de partidos para resolver la crisis y aseguró que su partido no asistirá a ningún foro hasta que los socialistas "no se aclaren".

Mientras, Jesús Gil, que mantiene el pulso con su sucesor gracias a sus ocho ediles afines, envió ayer un escrito al registro de partidos políticos en el que pide que el GIL sea disuelto.