La Guardia Civil desarticuló ayer en la Costa del Sol malagueña una red de apoyo logístico y financiero a Al Qaeda. Fueron detenidas siete personas acusadas de cometer robos para enviar dinero a un grupo salafista en Argelia, cuyo líder pretende atentar en Europa.

La operación Green empezó hace casi un año, cuando la brigada de información contra el terrorismo islamista detectó una serie de reuniones, viajes y operaciones extrañas de argelinos con sospechosos afincados en Francia y Argelia. Las pesquisas culminaron ayer con el arresto de seis argelinos y una mujer española cuyo grado de implicación está siendo investigado. La operación sigue abierta y no se descartan más arrestos.

"Los detenidos constituían un grupo perfectamente jerarquizado y estructurado de apoyo al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC)", según informó el ministro del Interior, José Antonio Alonso. Este grupo forma parte de Al Qaeda, participó en los atentados del 11-S en EEUU y es muy activo en Europa. El jefe de la sección argelina, que se hace llamar Abu al Jaikan, proyectaba, según expertos policiales, cometer atentados en países europeos. Alonso dijo que "no hay ningún elemento por el que se pueda deducir que iban a atentar en España".

INSPECCION DE PISOS Las detenciones afectaron inicialmente a 11 personas, pero cuatro mujeres quedaron en libertad después de que los agentes, que actuaban bajo la dirección del juez de la Audiencia Nacional Félix Degayón, comprobaran que su único vínculo con los detenidos era de pareja. Los arrestos se produjeron en Málaga, Benalmádena, Torremolinos, Churriana y Marbella, donde se realizaron registros en viviendas y locales. También se registraron pisos en Monda y Estepona.

Los agentes se incautaron de joyas, relojes, dinero, material informático y electrónico de fácil colocación en el mercado negro, así como teléfonos móviles, pasaportes franceses falsificados y textos relacionados con la yihad o guerra santa. Los investigadores sospechan que las joyas y caudales proceden de robos y asaltos a viviendas.

Los recursos que obtenían de los robos, falsificaciones y asaltos a tarjetas de crédito --también regentaban una carnicería y un locutorio-- los entregaban en mano o mediante un complicado sistema de transferencias bancarias a un imán argelino, que, a su vez, lo hacía llegar a los jefes del GSPC para financiar atentados, supuestamente en Europa. Los agentes de la Guardia Civil que comenzaron a controlar, a principios de año, la célula financiera y de apoyo logístico ahora desmantelada, detectaron conexiones con individuos de países europeos. Según Interior, se ha trabajado con policías de estos países. Alonso mencionó Alemania y Francia. "Mantenemos la presión alta contra la amenaza", dijo.

Los arrestados formarían una célula gemela a la desarticulada el 23 de noviembre en Alicante y Granada, aunque sin conexión. De los 11 detenidos en aquella operación sólo cuatro pudieron ser encarcelados por colaboración con banda armada.