Los sindicatos españoles UGT y CCOO asistieron hoy junto a compañeros franceses e italianos a un acto celebrado en Lisboa en apoyo de la huelga general convocada en Portugal para el próximo miércoles. Los dos sindicatos portugueses mayoritarios, CGTP -de orientación comunista- y UGT -socialista-, han convocado de forma conjunta por primera vez en 22 años un paro general con el que pretenden exhibir el descontento de la sociedad portuguesa con los recortes presupuestarios aprobados por su Gobierno. El secretario general de la CGTP, Manuel Carvalho da Silva, y su homólogo en la UGT, Joao Proença, coincidieron hoy en subrayar en rueda de prensa que el pueblo portugués se "identifica" plenamente con los motivos por los que ha sido convocada la huelga. Ambos líderes destacaron que las medidas de austeridad decretadas por el Ejecutivo socialista -y que fueron aprobadas por el Parlamento gracias a la abstención del principal grupo de la oposición, el Partido Social Demócrata- provocarán un aumento del paro, de la pobreza y de la exclusión social. El Gobierno luso también acordó llevar a cabo un aumento de impuestos -entre ellos, el del IVA- que los sindicatos rechazaron por considerar que perjudica en mayor medida a las clases trabajadoras que al sector financiero, lo que temen que incremente las desigualdades. El secretario general de UGT en España, Cándido Méndez, subrayó tras participar en este acto que la crisis es "un problema de carácter europeo, y no exclusivamente nacional" y que en Portugal existe "inquietud" sobre las consecuencias de la política adoptada por su Ejecutivo. El secretario de Internacional de CCOO, Javier Doz, señaló por su parte que las "motivaciones de los compañeros lusos son muy similares" a las razones de los trabajadores españoles, que ya celebraron una huelga general el pasado 29 de septiembre, y criticó los "lesivos" ajustes adoptadas por los Gobiernos nacionales "auspiciados por decisiones de las instituciones europeas". Además de sindicalistas españoles, franceses e italianos, al acto de hoy también asistió el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, John Monks, quien denunció que la crisis supone una "rebaja de los derechos" y que huelgas como la del miércoles intentan evitar "que la crisis no la paguen sólo los trabajadores".