EL GOBIERNO ha puesto en marcha una nueva estrategia respecto al contencioso de Gibraltar, que pasa por enfriar la discusión sobre soberanía y poner el énfasis en la cooperación local con el fin de crear un clima de confianza que permita acometer aquel debate en el futuro. Ello implica dejar en suspenso el proceso negociador iniciado hace 20 años entre España y Reino Unido.