Una semana después de lo esperado (y exigido) por sus bases, el independentismo parlamentario se puso ayer de acuerdo para registrar una propuesta de resolución que sirva como respuesta institucional del Parlament a la sentencia por el juicio del 1-O. En el texto, además de condenar el fallo del Tribunal Supremo se compromete a seguir defendiendo el derecho de autodeterminación de Cataluña. E insta al Govern a «promover las iniciativas políticas» para conseguir una «solución democrática al conflicto político entre Cataluña y España».

La Mesa del Parlamento catalán, con mayoría secesionista y el apoyo de los comuns, dio curso a la propuesta, que será votada en el pleno no de este miércoles, sino en el siguiente. Ya, casualmente, más allá de las elecciones del 10-N.

Los letrados de la Mesa del Parlamento autonómico avisaron de que esta resolución, que, en otro de los puntos, reitera la reprobación de la Monarquía y la defensa del derecho a la autodeterminación, contradice los autos del Tribunal Constitucional (TC). Los letrados han puesto el acento de su advertencia en la palabra «reiterar», teniendo en cuenta que el Tribunal Constitucional exigió a la Mesa del Parlament paralizar el trámite de propuestas que vayan en esta dirección.

CRUZAR LA LÍNEA ROJA / Dicho de otro modo, la Mesa y su presidente, Roger Torrent, pueden haber cruzado la línea roja que el Tribunal Constitucional, con sus avisos entregados individualmente, dibujó en el suelo y que, hasta ahora, se había cuidado muy mucho de no pisar. Torrent afirmó estar dispuesto a «asumir» las consecuencias judiciales que pueda conllevar la admisión a trámite de la propuesta.

El Gobierno del presidente en funciones Pedro Sánchez, por su parte, respondió señalando que analizaría el texto, pero dejando claro que las resoluciones del Parlament no son recurribles hasta que hayan sido aprobadas y publicadas, informa Juan Ruiz Sierra.

El acuerdo entre los tres grupos independentistas es el fruto de una intensísima semana de máxima tensión interna. Tanto es así que en JxCat incluso hubo quien se llegó a plantear su propia dimisión si no se lograba que el Parlament tomara partido claramente contra la sentencia y en favor de la autodeterminación.

Fuentes de los partidos apuntan que el esqueleto del texto, que no su redactado, se consensuó el miércoles de la semana pasada y que la sorprendente propuesta de referéndum inmediato de Torra dinamitó la propuesta en común. De hecho, la resolución la soslaya. Ni la menta.

El documento finalmente acordado es «suave» según admiten incluso en JxCat, a la vista de que debía ser del agrado tanto de la CUP -instalada en posiciones más radicales- como de ERC -cuya tesis conocida es la de que la respuesta al fallo del Supremo no ponga en riesgo a las instituciones catalanas. Finalmente se ha logrado un texto que, según quienes más lo defienden en JxCat, es una declaración valiente de autoafirmación.

FRENO DE LA CUP / Con todo, no se votará la resolución hasta después de las elecciones generales, porque así lo ha forzado la CUP. Y es que los anticapitalistas frenaron la entrada de la propuesta de resolución en el pleno que empieza el miércoles. «No consideramos oportuno que sirviese como pista de aterrizaje», explican fuentes anticapitalistas, y recuerdan que su apuesta era una moción con un contenido más contundente a favor de la autodeterminación en el pleno de la semana pasada y no una mera comparecencia del president.

Fuentes de ERC negaron a este diario que haya habido cambio de posicionamiento de Roger Torrent. «Dijimos que no pondríamos en peligro nada ni nadie por hacer un brindis al sol. Pero ahora hacemos una cosa esencial: defender que el Parlamento catalán pueda hablar de todo. Si no podemos hacer eso, entonces nos autoaplicamos el 155», apunta una fuente parlamentaria.

Esta misma voz reconoce el efecto sobre Torrent de la sentencia. «Tras la condena decidió mantener la línea de defensa de Forcadell: Que en un hemiciclo se puede hablar de todo. Lo que defiende, por ejemplo, el speaker del Parlamento británico, John Bercow».

Otra fuente republicana sentencia: «Lo radical no es defender la libertad de un parlamento, sino que se abran procesos por permitirlo».