El Congreso de los Diputados perdió ayer al socialista Félix Pons, que ostentó la presidencia de la Cámara baja durante una década, entre 1986 y 1996. Falleció a los 68 años en su ciudad natal, Palma de Mallorca, donde el martes se celebrará el funeral.

Pons, abogado y profesor de Derecho Mercantil en la Universidad de las Islas Baleares, será recordado en la carrera de San Jerónimo por dos momentos históricos. El primero de ellos se vivió el 4 de diciembre de 1989, en la tercera sesión de investidura de Felipe González como presidente del Gobierno. Los tres diputados electos de Herri Batasuna, Jon Idígoras, Angel Alcalde e Itziar Aizpurúa, decidieron jurar la Constitución "por imperativo legal", y el presidente del Congreso los expulsó del hemiciclo.

Idígoras se negó a irse y Pons suspendió la sesión cuatro minutos hasta lograr su objetivo. Meses más tarde el Tribunal Constitucional dio la razón a los tres diputados vascos y falló en contra de la decisión del socialista.

El fallecido fue también testigo de excepción, desde su cargo al frente de la Cámara baja, de la única cuestión de confianza a la que se ha sometido a un presidente del Ejecutivo en los últimos 30 años. El otro protagonista de ese momento fue González, al que Pons estuvo siempre estrechamente vinculado.

Entre 1985 y 1986, antes de presidir el Congreso, formó parte del gabinete del líder del PSOE como ministro de Administración Territorial.