El PSOE comenzó a aplicar ayer la estrategia de endurecer la campaña decidida por la cúpula socialista en la reunión del lunes en la Moncloa. En ese encuentro, los estrategas socialistas decidieron subir el tono de los mítines de Rodríguez Zapatero si las encuestas mantenían el escaso índice de participación que prevén para el referendo. Tras analizar la marcha de la campaña, estimaron que había que movilizar a los que votaron al PSOE el 14 de marzo, habida cuenta de que el PP pide el sí con poca convicción y de que los socios del Gobierno defienden el no.

Para que los votantes socialistas se animen a votar, concluyeron los asistentes a las reuniones del Gobierno, hacía falta elevar el tono de los mítines del presidente y que éste accediera a responder al PP con críticas más propias de una campaña electoral normal que de un referendo, en el que ambos partidos apoyan la misma opción. El mitin de Mariano Rajoy del sábado, en el que el dirigente popular arremetió sin contemplaciones contra el Gobierno, decidió a Zapatero a dejarse de suavidades y aplicar la receta electoral que siempre funciona en campaña: dar caña al PP.