"El PSOE votaría a favor de una moción de censura con tal de no perder votaciones". Esta frase irónica de un dirigente del PP al término de la sesión de ayer resumía la sensación de euforia en su grupo al ver cómo los diputados socialistas votaban a favor de todas las iniciativas parlamentarias de los populares para evitar salir derrotados.

Una vez más, el PSOE trató de negociar con fuerzas de izquierdas para evitar que prosperasen las propuestas del principal partido de la oposición. Al no tener éxito y ver que la mayoría de la Cámara forzaba la aprobación de las iniciativas del PP, la táctica del PSOE in extremis fue la de sumar sus votos y generar consensos, pese a manifestar posiciones críticas respecto a las propuestas populares.

Una manera de proceder que no todos comparten en el seno del grupo del Gobierno, porque entienden que debería mantenerse la coherencia y asumir el riesgo de perder alguna votación. En cambio otros diputados socialistas prefieren minimizar el impacto político de las mociones porque, según comentan en privado, en la práctica no se acaban aplicando.