El Gobierno aprobó ayer, con escasa euforia y el solitario apoyo de PNV y BNG, unos presupuestos del Estado para el 2009 que, tal y como han denunciado casi todos los partidos de la oposición y ha admitido de nuevo el vicepresidente Pedro Solbes, "han perdido actualidad". Es decir, que son unas cuentas que han quedado desfasadas. No en vano se elaboraron en el mes de julio, antes del estallido del crack financiero internacional, y por poner un solo un ejemplo, prevén para el 2009 un crecimiento del 1% del PIB, a pesar de que las cifras económicas actuales ya arrojan el dato de que España está en recesión técnica.

"SIGUEN SIENDO VALIDAS" En una alocución tan breve como carente de entusiasmo, el ministro de Economía defendió, con todo, que las cuentas "siguen siendo válidas" para afrontar la crisis. Lo que le valió un reproche generalizado de la oposición, que juzga inapropiados los presupuestos para remediar los males de la economía española. Pese a la distancia ideológica que les separa, desde el PP hasta ERC acusaron al Ejecutivo de presentar un presupuesto no creíble, irreal y que no servirá para generar empleo. El portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, acusó a Solbes de no generar ninguna confianza en el futuro. CiU también desarrolló el argumento de la desconfianza y lamentó la ausencia de un plan anticrisis global. ERC e IU pidieron más gasto social e inversión pública, y desde del grupo mixto se comparó el proyecto con un yogur que se sigue vendiendo aunque está caducado.

Incluso desde el PNV su portavoz, Pedro Azpiazu, admitió que los presupuestos son "manifiestamente mejorables" y han quedado "desvirtuados" por las medidas económicas. En cualquier caso, fue el único grupo que, junto al Bloque Nacionalista Gallego, apoyó al PSOE. El BNG se limitó a justificar su voto favorable en que las cuentas serán útiles para Galicia. "No somos el tonto útil, pero es peor ser el tonto inútil", dijo el nacionalista Francisco Jorquera. Y es que, en la tramitación parlamentaria, cada grupo parlamentario obtuvo unos 150 millones de euros de inversión para sus territorios, con algunas transferencias.

VETO LEVANTADO El Gobierno consiguió así, por solo dos votos de margen, la mayoría absoluta necesaria para levantar el veto con que el Senado había devuelto los presupuestos a la Cámara baja. Con 163 votos contrarios al proyecto y la abstención de un diputado de UPN, el veto decayó por 178 votos: los de PSOE, PNV y BNG, a los que se sumó, por error, el de un parlamentario del PP. Los detractores del proyecto sumaban 171 votos. Pero pasadas las tres de la tarde, cuando se celebró la votación, no estaban ni Mariano Rajoy, ni otros seis diputados del PP, ni Josep Antoni Duran i Lleida (CiU), por razones de salud.

Al renunciar Solbes al segundo turno de intervención, fue Francisco Fernández Marugán (PSOE) quien glosó la "enorme, excepcional e inmediata" inversión pública prevista para el próximo año.