La mayoría de los vascos --el 61%, concretamente-- están en desacuerdo con el pacto de PSE y PP que ha convertido a Patxi López en lendakari. Pero aún son más, el 65%, los que confiesan su desconfianza ante el nuevo Ejecutivo socialista. Sin embargo, estos datos del Euskobarómetro que desarrolla la Universidad del País Vasco y que se difundieron ayer, no desalientan a López, que se manifestó convencido de que la percepción ciudadana ya está cambiando.

El lendakari puso la nota positiva a los duros resultados del sondeo que, dirigido por Francisco Llera, pulsó la opinión de los vascos entre el 18 de mayo y el 5 de junio. Realizada a 1.200 ciudadanos, la encuesta fue la primera que se hizo justo después de que tomara posesión el nuevo Gobierno monocolor tras el acuerdo de estabilidad firmado por socialistas y populares.

Los datos confirman que el electorado del Partido Popular ha recibido con mejor cara el pacto con el PSE que los propios socialistas. En todo caso, subrayan que casi la mitad de la ciudadanía, el 49%, cuestiona la legitimidad del acuerdo en Euskadi entre dos partidos que andan a golpes en España.

Llera admitió ayer que esa entente no ha sido "fácilmente visible" para la sociedad, por lo que es "lógica" la prevención que confirman los porcentajes. Apuntó también que la presión "deslegitimadora" que ejerció la mayoría anterior y especialmente el PNV contribuyó a que se percibiera la llegada del equipo socialista con "inseguridad, inestabilidad y dudas". El director del Euskobarómetro vaticinó que López tendrá que "ganarse la confianza", pues no se la van a entregar "gratis".

Pero la exigencia ciudadana con el nuevo Ejecutivo no va a ser menor que con la oposición y, sobre todo, con el PNV. De hecho, la opinión está dividida entre quienes apoyan la actitud peneuvista tras las elecciones (35%) y quienes la rechazan (36%). No obstante, es una mayoría la que le pide que haga una oposición "responsable y constructiva".

PACTO IMPROBABLE Lo que sí parece desvanecerse es la posibilidad de que se reedite a medio plazo un pacto PSE-PNV similar al que se mantuvo entre 1986 y 1998. Esa alianza se apuntaba en anteriores encuestas como la preferida por los ciudadanos y el dato vuelve a confirmarse (50%), aunque son mayoría los que entienden que ese acuerdo es ahora muy improbable.

Buena parte de los ciudadanos están convencidos de que socialistas y populares son los que se han beneficiado de la exclusión electoral de la izquierda aberzale, mientras que el PNV sería el "gran perjudicado". No obstante, la ciudadanía está muy dividida entre partidarios (43%) y detractores (35% ) de usar la ilegalización para cuestionar los resultados electorales.

En lo que hay coincidencia es en la preocupación por el empleo. Más que el nuevo Ejecutivo y más que la violencia, es el efecto de la crisis en seis de cada 10 hogares lo que ha hecho que el pesimismo y la desconfianza alcancen máximos históricos.