El Tribunal Supremo (TS) dio a conocer anoche su decisión de ordenar la disolución inmediata de los grupos municipales de Acción Nacionalista Vasca (ANV), así como del grupo de dicho partido en las Juntas Generales de Alava. Lo hace en ejecución de la sentencia que dictó en septiembre del 2008 para dejar al margen de la ley a ANV, dados sus supuestos lazos con ETA.

La relevancia de esta resolución es simbólica, ya que en la práctica la mayoría de los integrantes de esos grupos municipales pasaron hace meses al Grupo Mixto de sus consistorios como consecuencia de otro auto del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Eso sí, los que optaron por la resistencia y por permanecer en ANV dentro de los ayuntamientos verán cómo se cierra el grifo de las subvenciones. En realidad, este es el verdadero objetivo de la medida.

De hecho, el auto del Supremo --fechado el 16 de julio, aunque notificado ayer a las partes-- establece que el tribunal se va a dirigir al presidente de las Juntas Generales de Alava y a los alcaldes de los distintos consistorios afectados a fin de que, en su caso, "cesen en el abono de toda cantidad que vinieran percibiendo dichos grupos". Pero pese a que en diciembre del año pasado había 125 ayuntamientos donde ANV tenía grupo propio, ahora es mínimo el número de ayuntamientos que se hallan en esa situación, gracias a la orden de disolución que estableció Garzón.

Por tanto, serán pocos los regidores que tengan que verse en el brete de garantizar que se ejecuta este nuevo auto. No obstante, habrá algunos que presentarán ciertas resistencias a obedecer sin rechistar al alto tribunal: valga como ejemplo la localidad de Arrasate (Guipúzcoa), donde la alcaldesa, Inocencia Galparsoro, es de ANV, ese grupo al que, por imperativo legal, ella misma debería encargarse de asfixiar económicamente.

ALIANZA PSE-PP La salida de ANV de los ayuntamientos vascos es una de las cuestiones que, en las últimas semanas, han venido tratando en sus reuniones el lendakari, Patxi López, y su principal apoyo, el popular Antonio Basagoiti. Es cierto que los conservadores han presionado a los socialistas en este sentido. Sin embargo, tanto el Gobierno como el PSOE han alegado en numerosas ocasiones que era muy complicado conseguir, por impulso político, alejar a ANV de los consistorios. Finalmente, han sido los tribunales los que han propiciado una solución.