El Tribunal Supremo revisará mañana martes la condena a seis años de prisión por delitos de corrupción que la Audiencia Provincial de Palma impuso, en el caso Palma Arena, al expresidente balear Jaume Matas, quien, de ver confirmada la pena, ingresará en prisión.

La Sala Segunda del Supremo celebrará la vista pública y días después dictará sentencia sobre el caso, en el que se consideró probado que Matas benefició con dinero público al periodista que escribía sus discursos, Antonio Alemany (penado a su vez con 3 años y 9 meses de cárcel).

El expresidente balear Jaume Matas fue el cuarto presidente autonómico, desde la Constitución de 1978, que ha sido condenado penalmente, en su caso por varios delitos de corrupción.

Matas fue responsable del Govern balear entre los años 1996-1999 y 2003-2007 y ministro de Medio Ambiente de 2000 a 2003.

En la sentencia la Audiencia de Palma consideraba probado que de 2003 a 2007 Matas concedió a Alemany, mediante un concurso pantalla, 200.000 euros por escribir sus discursos y asesorarle en materia informativa, al tiempo que influyó para beneficiarle con una subvención de 450.000 euros para crear una agencia de noticias.

Matas fue condenado por estos hechos a dos penas diferenciadas: 5 años, 3 meses y 1 día de cárcel en calidad de inductor por los delitos de fraude a la Administración, falsedad en documento oficial y mercantil, prevaricación y malversación, y 9 meses y 1 día de prisión por el de tráfico de influencias.

Las diferentes penas suman una cantidad de años de cárcel que supera con mucho el límite por debajo del cual los tribunales acceden a suspender el ingreso en prisión (dos años) por lo que, de confirmarse todas las condenas, Matas irá a la cárcel.

La primera pena se refiere al concurso otorgado por el Govern a la empresa Nimbus, propiedad de uno de los condenados, para asesoría en medios de comunicación y que en realidad fue un "auténtico disfraz", según la sentencia, para pagar a Alemany los discursos.

La resolución considera probado que Matas quería contar con Alemany, periodista de "dilatada trayectoria" y "afín a posicionamientos del Partido Popular", pero este último no deseaba que se le contratase como asesor externo del Govern porque quería "mantener el anonimato" como tal y seguir dedicándose a sus empresas y a su actividad como articulista en El Mundo/El Día de Baleares.

Para pagarle sus servicios era preciso "acudir a alguna estratagema", por lo que Matas, que según la sentencia "poseía conocimientos de la contratación administrativa", concibió la idea del concurso público a Nimbus, que tramitó un departamento dependiente de él y además por la vía de urgencia.

En el caso de la subvención pública a Alemany para crear la Agencia Balear de Noticias (ABN), la sentencia considera probado que el periodista pidió a Matas que le concediera una ayuda para este proyecto.

Por estos hechos, la sección primera considera que Matas es responsable como autor de un delito de tráfico de influencias al haber mediado para conceder una ayuda a una determinada empresa.

Además de las penas carcelarias, el tribunal condenó a Matas a 9 años, 6 meses y 1 día de inhabilitación para cualquier cargo electivo y a la pérdida de los honores y atenciones protocolarias como expresidente del Govern.