«Creo en la salud universal». Con esta declaración de intenciones, Carmen Montón, dejó claro, tal como avanzó Pedro Sánchez en el debate de la moción de censura, que una de sus primeras tareas será devolver a los sin papeles la posibilidad de acudir a los centros de salud y hospitalarios. Una restricción aprobada por el PP en el 2012 y muy contestada por el sector. Asimismo, la nueva ministra de Sanidad se comprometió a «eliminar la discriminación económica» que supone el copago farmacéutico, con el fin de intentar «superar las etapas en las que la ciudadanía perdió tantos derechos en el ámbito sanitario y social». Montón también mencionó en el traspaso de carteras con su antecesora, Dolors Monserrat, la necesidad de ampliar el número de beneficiarios de las ayudas a la dependencia. La ministra reconoció que los retos son «complejos», pero se comprometió a afrontarlos a través del «diálogo».