La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se ha marcado este jueves de la tesis apuntalada por Felipe González acerca de que el PSOE se abstenga y deje gobernar al PP. La secretaria de los socialistas andaluces afirma “ser respetuosa” con todas las opiniones, pero insiste en que la suya “no se ha movido ni un milímetro” respecto a la declaración aprobada por el comité federal del partido en diciembre. Es decir, no rotundo al PP y a Mariano Rajoy y acuerdo con Podemos siempre que abandonen cualquier opción de referendo sobre Catalunya. En la práctica, una postura que solo deja la puerta abierta a la repetición de los comicios generales.

Díaz se ha pronunciado así esta mañana durante una visita a un centro de salud en Sevilla. Completamente muda desde la refriega interna que desembocó en el comité federal del 28 de diciembre, la dirigente socialista se ha descolgado del carro de González. El expresidente es uno de los pesos pesados del partido, la conocida como “vieja guardia”, sobre todo en Andalucía, y Díaz no duda en citarle como referente y recordar sus logros. Sin embargo, ella se ha mostrado en los últimos tiempos más cercana al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, a quien colmó de elogios en un reciente desayuno informativo en Sevilla y de quien se proclamó heredera y que se sitúa en el punto opuesto a González al defender la repetición de elecciones.

“Yo no he cambiado de posición. Las opiniones personales son libres y son todas respetables”, respondió a preguntas de los periodistas, asegurando a continuación que ella “no se siente ni cerca ni lejos de nadie”, en alusión a si comulga más con los postulados de González o los del actual secretario general Pedro Sánchez, más proclive a un acuerdo con Podemos y otras fuerzas de izquierdas. Así, quiso justificar a ambos porque “en el fondo” todos los socialistas “están pensando en lo que es bueno para España”, y manifestó que defenderá su postura en el nuevo comité federal que el PSOE tiene previsto celebrar este sábado próximo. No obstante, defiende que en estos momentos en que el rey está celebrando la segunda ronda de contactos con los partidos antes de proponer un candidato a la investidura hay que ser “prudentes” y “respetar” ese procedimiento.

La tesis de González, que suscriben también Alfonso Guerra y varios exministros socialistas aunque no de forma tan clara, no ha caído en saco roto en el PSOE andaluz. De hecho, el presidente de laDiputación de Sevilla y hombre afín a Díaz, Fernando Rodríguez Villalobos, se expresaba en el mismo sentido el martes un programa de televisión local y defendía “a título personal” la abstención a favor del PP porque las cuentas no salían. Sus palabras no han sentado bien en el entorno de la presidenta andaluza, molesta porque se la vincule con ese alma no progresista y más vinculada a la vieja guardia socialista. Esta misma mañana se apresuraba a señalar que la postura del PSOE-A era la manifestada por el portavoz parlamentario Mario Jiménez horas después. Es decir, de nuevo apelaba a la declaración acordada por el comité federal de no rotundo al PP y a Podemos. Sin embargo, a muchos sorprende que Villalobos, considerado el ‘padre político’ de Díaz, se hubiera atrevido a manifestarse de manera tan opuesta a la corriente oficialista sin el visto bueno de la presidenta.