La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no ha perdido tiempo en responder a su secretario general, Pedro Sánchez, tras conocer su maniobra de convocar un congreso exprés y unas primarias para determinar el liderazgo del PSOE. La dirigente andaluza ha afeado que en momentos difíciles en los que el partido tiene “un problema” al concatenar descalabros electorales, la solución no pasa por “acusar a compañeros de ser subalternos del PP”. Y tibiamente ha empezado a esbozar su candidatura para liderar el partido. “Estaré donde sea útil a los compañeros, donde ellos me pongan, en la cabeza o en la cola”.

Díaz ha salido al quite en un acto en Puerto Real (Cádiz) convocado a última hora de la tarde del lunes. Allí se ha referido a las declaraciones del todavía líder socialista acerca de que no tiene intención de dimitir aunque el comité federal del sábado tumbe su propuesta de celebrar el congreso poco antes de que venza el plazo para formar gobierno. “No voy a entrar en maniobras de distracción porque yo quiero a este partido”, ha zanjado, dejando claro en cualquier caso que ella sí es una mujer de aparato y que sus decisiones son discutidas en los órganos internos.

MUJER DE PARTIDO

“Esté donde esté aceptaré lo que digan los órganos de partido, y cada uno sabrá lo que hace”, le ha lanzado a Sánchez. “La mayor obligación de quienes están al frente es mantener al partido unido, cohesionado, no provocar dilemas falsos que tienden a enfrentar”. Y ha lamentado que no haya salido nadie de la dirección federal en defensa de los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y Extremadura, ante el intento de Podemos de “desestabilizar, chantajear y utilizar a los ciudadanos de esas autonomías como rehenes” para presionar al PSOE.

A la andaluza no parece haberle sentado muy bien que Sánchez les empuje a retratarse de cara a la formación de gobierno: si no le dejan explorar una alternativa con Podemos y tampoco quieren unas terceras elecciones, solo queda la abstención que deje paso al PP, una opción que han promovido con insinuaciones por el alto coste que tendría entre la militancia y los votantes. “La situación es mala y difícil porque todas las alternativas son malas”, ha dicho, insistiendo en que, no obstante, “alguna responsabilidad debe tener la dirección” en ese escenario.

Por eso, ha sacado a relucir la principal de sus bazas, ser una mujer de partido que conoce bien las entrañas del PSOE. La formación, ha insistido “tiene problemas”, entre los que ha citado la concatenación de derrotas electorales o que el PP y Podemos les coman terreno. “Y la solución no es acusar a compañeros de ser subalternos del PP”, ha reprochado, “nadie lo es, y menos el PSOE andaluz”. Ahí Díaz ha aprovechado para recordar una vez más que ella sí ha ganado a los populares en su comunidad, que se ha enfrentado a los recortes impuestos por el Gobierno central e incluso ha tenido que afrontar que lo que consideran una policía política les acusase de montar el entramado fraudulento de los cursos de formación. En Andalucía “el PP es subalterno del PSOE, y deberíamos plantearnos por qué es así”.

PRIMERO ESPAÑA

En este sentido, la presidenta andaluza no se ha movido un ápice de la postura expresada ya ayer por su secretario de Organización y otros barones críticos: que es una locura perderse en el debate interno cuando aún no se ha resuelto la gobernabilidad del país. “Como ya dijimos los compañeros en el comité federal, lo primero es España y luego las cuestiones orgánicas”, ha dicho, subrayando que los ciudadanos “no entenderían” y “nos mirarían perplejos” con un congreso convocado “deprisa y corriendo”.