La mayor sarta de tópicos sobre la belleza de San Sebastián se cernió ayer sobre la ciudad, lanzados desde la cima del monte Igueldo por los presidentes autonómicos del PP, reunidos en un hotel para apoyar a María San Gil. La ciudad merecía más y a la candidata le habría venido bien menos improvisación por parte de sus colegas. Llegaron unos con el tiempo justo y otros optaron por enviar a sus consejeros.

Algo dolido en su "papel de telonero", al balear Jaume Matas se le vio obsesionado con Cataluña. Criticó a Zapatero porque de sus tratos con los "nacionalistas radicales" sólo ha sacado en claro "que ERC vote a favor de enviar guardias civiles a Haití". Viendo que el circunloquio se le iba de las manos, Matas regresó a la campaña vasca para echar de menos al "trío Los Panchos", en alusión a Bono, Ibarra y Chaves. "¿Por qué los esconden?", se preguntó. Pero, obstinado, volvía a Cataluña: "¡Los esconden porque tienen a Maragall!".

Fraga envió a uno de sus eternos delfines, Alberto Núñez Feijoo, que para desmontar el concepto de Euskalherria (que incluye a Navarra y al País Vasco francés) recurrió a un argumento que pecaba de banal: "Lo de Euskalherria... Pues va a ser que no". Núñez Feijoo comparó Galicia y Euskadi. Ambas, sostuvo, comparten la lluvia, las brumas, el mar, pero Galicia, prosiguió, es un lugar "armónico" en el que, ojo, "nadie va a una taberna distinta de la otra". El pueblo que empina el codo unido, permanece unido.

Lo imprevisible

Sólo a Esperanza Aguirre se le vio empeño en mimar a San Gil. No estuvo bien que eligiera un vestuario tan llamativo, que eclipsaba a la candidata porque es como ir de blanco a una boda y robarle el protagonismo a la novia. Pero paseó con ella por la ciudad y se mantuvo a su lado en todo momento. La presidenta madrileña tuvo un lapsus revelador: "Votar al partido liberal... Perdón, popular, es votar por la libertad". En qué estaríamos pensando...