--El PP propondrá a las Cortes de Aragón que expresen, de manera oficial, su rechazo a las pretensiones de ERC de anexionarse cinco comarcas aragonesas. ¿Cómo lo ve?

--Mi posición es rotunda: no hay ninguna reivindicación territorial que hacer en Aragón. Ahora bien, lo que sí observo es una tendencia del PP a excitar los problemas.

--¿Son complicadas las relaciones con la vecina Cataluña?

--Ha habido complejos por las dos partes y quizá excesiva tensión en los 70, cuando se habló del trasvase a Barcelona. La relación debe partir de una voluntad de entendimiento.

--Aragón, según la Fundación La Caixa, tiene buenos indicadores de bienestar social, menos en condiciones de trabajo, entorno y clima. ¿Qué hará usted para mejorarlos?

--Tenemos poco paro, es verdad: seis puntos menos que la media. Pero aún así tenemos un problema de precariedad laboral. Y otro reto importante se centra en el trabajo de las mujeres. Estamos en la fase de mejorar la calidad de nuestro empleo. En cuanto al clima, el viento ya no es sólo un elemento negativo, ya que, junto con el agua, contribuye a nuestros planes de energía sostenible para ser autosuficientes.