La secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, no se presentará a la reelección el próximo mes de mayo, cuando está prevista la tercera asamblea regional. La decisión, que era un secreto a voces, fue comunicada días atrás al líder de Podemos, Pablo Iglesias, que tiene así vía libre para controlar una formación que se le resistía ante la fortaleza de los anticapitalistas. La propia Rodríguez explicará oficialmente este jueves los motivos de su renuncia a seguir un mandato más, el tercero, al frente de Podemos Andalucía, aunque a comienzos de semana fue trasladada ya a la dirección federal del partido con la intención de que el divorcio fuera en términos amistosos.

Iglesias agradeció este miércoles en un video conjunto en sus redes sociales la "lealtad" tanto de Rodríguez como de Anticapitalistas, dando a entender que efectivamente esta corriente tampoco presentará candidatura el próximo mes de marzo en Vistalalegre III. Y dejó la puerta abierta a posibles colaboraciones electorales. "Este adiós será un hasta luego: aún desde espacios diferentes, nos encontraremos defendiendo la justicia social". Unas palabras que repitió también Rodríguez al justificar que su marcha "no significa que no sigamos encontrándonos, porque los objetivos de conseguir mejoras para la mayoría social siguen intactos, cada uno con una estrategia diferente en este caso".

En ese video difundido por Iglesias y Rodríguez, la todavía líder andaluza reconocía las "diferencias políticas de carácter estratégico" de los últimos tiempos y que, ante su discrepancia con el gobierno de coalición, entendía que la dirección de Podemos Andalucía debía recaer en un nuevo equipo "en sintonía con la dirección y la mayoría de los inscritos". Estas diferencias fueron precisamente las que alentaron en los últimos meses la posible renuncia de Rodríguez. La dirigente andaluza siempre desdeñó esa alianza con el PSOE, pero sus recelos no eran compartidos con la militancia, que votó de forma aplastante a favor del gobierno de coalición.

EL MODELO TERRITORIAL

El otro foco de confrontación con Iglesias se centraba en el modelo territorial de partido que defendía Rodríguez, que se marcha de la dirección sin haber logrado su objetivo de lograr la autonomía administrativa y política respecto a Madrid. Su intención era crear una suerte de "en comú podem" a la andaluza que chocó frontalmente con la dirección federal.

De momento, tanto la líder regional como su ejecutiva mantendrán sus escaños en el Parlamento andaluz, donde deberán mantener la entente cordial con Izquierda Unida, agrietada tras la marcha también del anterior coordinador general Antonio Maíllo el pasado año. La confederación de izquierdas salió ayer al paso y reconoció que la posible salida de Rodríguez no debía afectar a la confluencia de Adelante Andalucía "porque se trataba de un proyecto de organizaciones y no de personas". Ambas formaciones concurrieron de forma conjunta en las autonómicas de 2018 y lograron 17 escaños: 11 de Podemos y 6 para IU. Pero está por ver si el modelo se mantiene en próximas convocatorias.