Ninguno de los dos etarras que ayer tendieron la emboscada a la Ertzaintza tenía antecedentes en España. Sólo Arkaitz Otazua, que resultó muerto, había sido detenido en la localidad vasco-francesa de Biarritz en octubre del 2000 durante las protestas contra una cumbre de la Unión Europea.

Según fuentes de la lucha antiterrorista, Otazua era uno de la veintena de arrestados por enfrentarse a la policía o llevar piedras en sus mochilas mientras trataban de acercarse al lugar donde se celebraba una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Los detenidos fueron puestos en libertad tras ser interrogados, pero antes la policía francesa preguntó al Ministerio del Interior español por el historial de los arrestados vascos. La respuesta, en el caso de Otazua, fue que no tenía antecedentes.