Los presuntos miembros de ETA, al menos dos, que participaron ayer en el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Durango (Vizcaya) cometieron "algún error" que les obligó a regresar hasta el lugar donde habían aparcado la furgoneta bomba, manipular de nuevo el artefacto y huir definitivamente instantes antes de la explosión. Los investigadores deducen que ese error u olvido podría estar relacionado con la activación del temporizador que activó finalmente el explosivo. El individuo que había aparcado marcha atrás la C-15 a la espalda de las instalaciones del Instituto Armado alrededor de las 3.30 horas, se bajó del vehículo dirigiéndose al Seat Ibiza en el que le esperaba otro terrorista, abandonando ambos el lugar. Sin embargo, según han explicado fuentes de la investigación, a los pocos segundos dieron un volantazo, regresaron al lugar y el mismo individuo, con una gorra calada y bajo la fuerte lluvia que caía en ese instante, se introdujo de nuevo en el coche, manipuló el artefacto y y se dirigió otra vez, apresuradamente, al segundo coche, el Seat Ibiza alquilado en mayo en Portugal y al que no se le habían doblado las placas de matrícula. En cuanto a este segundo coche, la Guardia Civil sopesa que fue conducido al País Vasco inmediatamente después de recogerlo en Oporto --el pago por adelantado se realizó con documentación falsa en Quarteira, en El Algarve--, y escondido hasta su utilización en el atentado, ya que al no haberle doblado las matrículas hubiese sido arriesgado para los terroristas circular con él tras haber sido denunciado su robo. Estructura "casi intacta"Asimismo, los investigadores también tratan de averiguar cómo abandonaron la campa de Amorebieta los terroristas, si a pie hacia la localidad vizcaína o en un tercer coche, ya que a esa hora no hay transporte público. Los investigadores están convencidos de que la acción terrorista es obra de miembros liberados de ETA, con infraestructura de sobra en Vizcaya y la colaboración de varios laguntzailes. En este sentido recordaron que la estructura de la banda terrorista en la provincia vasca está "casi intacta", a pesar de las detenciones de principios de este año.