El interés de algunos abogados por ligar a ETA con el 11-M no conoce límites. A petición de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, ayer compareció el testigo Antonio Beamonte, que relató una curiosa historia sobre cómo vio en el metro de Madrid, unas dos horas después de los atentados, a la etarra Josune Oña.

Contó Beamonte que, hacia las 9.30, subió a la línea 9 del metro. En la estación Artilleros subieron "dos músicos ambulantes", y un señor les recriminó que "no era apropiado" tocar en un día como ese. Entonces, "una mujer joven respondió de forma desagradable: ´Venga, por favor, qué coño tendrá que ver con esto´". Beamonte recordó su rostro y, al llegar al trabajo --la tienda del Real Madrid--, la reconoció en un tríptico de los etarras más buscados que le había llegado por internet. Avisó a la policía, hizo un reconocimiento y no la llamaron más "ni policías ni jueces".