La revista Tiempo explica esta semana como el espía Francisco Paesa intentó comprar el silencio del excoronel del Cesid (ahora CNI) Juan Perote sobre todo lo relacionado con el GAL (Perote fabricó el sello de caucho de la banda de los expolicías Amedo y Domínguez).

Según el semanario, la oferta de Paesa a Perote era de 250 millones de pesetas. A cambio, el miembro del Cesid debía callar ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

Pero el coronel no aceptó el trato, según Tiempo, y Paesa desapareció tras entregar a la policía al exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán. Al poco tiempo apareció una esquela en diferentes medios dando cuenta de la muerte de Paesa que, hace poco, fue hallado vivo en Luxemburgo.