Las más de 36 horas que duró el debate sobre el estado de las autonomías no sirvieron para que las fuerzas políticas se pusieran de acuerdo en sacar adelante las propuestas que afectan a dos cuestiones clave del desarrollo autonómico: las reformas estatutarias y la financiación. Sí se aprobó la activación de la reforma del Senado, pero se hizo con los votos en contra de los representantes del PP. Estos, que vieron rechazadas todas sus mociones, achacaron su soledad, que calificaron de "bendita", a una "extensión del Pacto del Tinell" (reunión de los partidos catalanes donde se gestó el Estatuto).

La Cámara alta acordó constituir una ponencia en la comisión general de las comunidades autónomas que deberá estar integrada por todos los grupos parlamentarios y una representación de los presidentes autonó- micos. El objetivo es debatir la reforma de la cámara para que pueda "desempeñar su función de representación territorial". Para ello, se pide al Gobierno que se le remita de forma "inmediata" el informe elaborado por el Consejo de Estado.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ya advirtió el miércoles a los populares de que la reforma necesita de su consenso porque son necesarios tres quintos de los votos. La iniciativa pretende retratar así a los conservadores ya que, cuando se constituya la ponencia, deberán decidir si se avienen a participar. Si no, quedará en evidencia su oposición a mejorar la utilidad de la Cámara alta.

"BENDITA SOLEDAD" El portavoz adjunto del PP, Antolín Sanz, aseguró que su grupo siente una "bendita soledad" y que esto es así porque el pacto del Tinell "se ha extendido a las Cortes". Sanz aseguró que su grupo sí es partidario de modificar las funciones del Senado siempre que el PSOE "empiece por llamar al PP". El portavoz socialista, Joan Lerma, lamentó que los populares no quisieran sumarse al "consenso común".