Después del proceso electoral más largo de la historia en Galicia, el líder de los socialistas gallegos, Emilio Pérez Touriño, inició ayer una ronda de llamadas para determinar los detalles del cambio de Gobierno. Touriño aguardó hasta que hubo finalizado el escrutinio de los votos procedentes de la emigración para iniciar esas conversaciones. Empezó por el líder del BNG, Anxo Quintana. Ambos dieron por hecho el acuerdo.

Una semana después de la jornada electoral, a mediodía de ayer concluyó en Ourense el último escrutinio de los sufragios de los residentes ausentes, que en el conjunto de Galicia arrojaron una mayoría para los populares, pero insuficiente para variar los resultados iniciales. Entre los emigrantes, el PP obtuvo el 49,58% de los votos por el 43,0% del PSG y el 4,6% del BNG.

A la vista de los números, el dirigente socialista inició los contactos con Quintana, con quien espera formar gobierno. Touriño se siente ya "en la responsabilidad de cumplir el mandato del cambio", un "cambio tranquilo" realizado "sobre lo que ya hay construido en Galicia". Sus objetivos son "devolver el poder a la sociedad civil" y que "la regeneración democrática sea la bandera" de una Galicia que estará "más en primera línea en la construcción de la España plural". En estas condiciones, cree que "no será difícil" alcanzar un acuerdo con el BNG.

"GALICIA NO VA A SALIR BARATA" Los nacionalistas no van a poner trabas. Anxo Quintana aseguró ayer que lo que se va a establecer en Galicia es "un Gobierno conjunto" entre los nacionalistas y los socialistas, "no un apoyo del BNG al PSOE, ni del PSOE al BNG". También aclaró que no pondrá "condiciones ni exigencias previas" para este acuerdo porque "las condiciones sólo las ponen quienes aspiran a no gobernar". Sin embargo, advirtió de que "Galicia no va a salir barata" al Gobierno central porque considera criterios fundamentales para una coalición el pago de la deuda histórica del Estado, unos 21.000 millones de euros, y un nuevo Estatuto que defina Galicia como "nación". En lo que sí coincide con Touriño es en que la transición al nuevo Gobierno "será tranquila".

CONTAR CON FRAGA Precisamente para sentar las bases de esa transición, Touriño inició también contactos con el presidente en funciones de la Xunta, Manuel Fraga, con el objetivo de tratar los pormenores del relevo. Los populares ya anunciaron que no presentarán ningún recurso al escrutinio electoral, por lo que el proceso para la formación de la nueva Xunta transcurrirá en los plazos normales. Los socialistas esperan que la investidura de Touriño se celebre el 27 de julio para que el nuevo Gobierno pueda tomar posesión en la primera semana de agosto.

Fraga no va a poner más obstáculos para el cambio de Gobierno porque "los resultados están ahí". "Los respetamos como buenos demócratas", dijo ayer. El veterano político gallego deseó a PSG y Bloque "el mayor éxito al servicio de Galicia", pero recordó: "Nosotros hemos vuelto a ganar las elecciones, somos el partido más votado". Por eso no felicitó aún a nadie. "Si se hace una coalición y se elige a un presidente del Gobierno, tendré la ocasión, pero entre tanto el líder del partido más votado y ganador de las elecciones, sintiéndolo mucho, soy yo", dijo.

PSOE y BNG aún no han puesto sobre la mesa la base de sus negociaciones, pero en el Bloque ya han apuntado que les gustaría optar por un modelo como el catalán, en el que los nacionalistas regentan las consejerías de Presidencia, Bienestar y Familia, Comercio y Turismo, Educación, Gobernación y Universidades.

Fuentes del BNG apuntan que la correlación de fuerzas en Cataluña es "muy similar" a la de Galicia, por lo que esperan un reparto proporcional. Consideran que, si las consejerías se mantienen en 14, a los socialistas les corresponderían nueve y al BNG, cinco. Estas deberían ser, añaden, de carácter social.

El PSG, por su parte, aún no ha hecho públicas sus aspiraciones de gobierno, aunque Touriño ya avanzó que quería iniciar una etapa abierta que no deje de lado al PP gallego. El líder socialista se comprometió a que "todos los actos" que asuma al frente del Gobierno de Galicia estén guiados por la voluntad de "unión y consenso".