El CNI alertó en tres informes secretos del peligro potencial que suponía para España apoyar y participar en la guerra de Irak, porque convertía el país en objetivo terrorista. El texto del 21 de febrero del 2003 también contemplaba la existencia de células durmientes de terrorismo en España.

Dos documentos de junio y octubre del 2003 establecían la conexión entre residentes en España y el grupo Salafistas Yihadiya. El CNI alertó en octubre sobre amenazas a España "por estar en la guerra de Irak" y dijo que, según el radicalismo islamista, España se había convertido en enemiga del Islam.