El juicio contra el lendakari, Juan José Ibarretxe, y los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares por hablar con Batasuna comenzó ayer con suspense. Hasta el lunes no se conocerá si el tribunal decide proseguir con la vista o aceptar la petición de dictar ya una sentencia absolutoria reclamada por la fiscalía y por los letrados que defienden a los socialistas y a los miembros de la izquierda aberzale.

El presidente de la sala, Manuel Díaz de Rábago, confirmó que una vez conocidas las "cuestiones previas" expuestas por las partes, la sala iniciaba su deliberación con el compromiso de no realizar filtración alguna. Era una promesa singular para un caso único como es el que se dirime en el Palacio de Justicia de Bilbao con el lendakari y el principal aspirante a sucederle sentados en el banquillo. También procesados, pero separados por un pasillo, se sentaron Arnaldo Otegi, Rufi Etxebarria, Olatz Dañobeitia, Pernando Barrena y Juan José Petrikorena.

ACCION POPULAR Se había previsto que todos los acusados defendieran la inexistencia de un delito de desobediencia al Supremo en las reuniones celebradas para buscar la paz. Además, habían anunciado también la improcedencia de llegar a un juicio en el que solo acusa la acción popular ejercida por el Foro Ermua y el grupo Dignidad y Justicia. La fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, María Angeles Montes, puso énfasis al defender la "falta de legitimación" de las acciones populares para el ejercicio de la acción penal. En la misma línea y con referencias continuas al precedente establecido por el caso Botín , en el que el banquero quedó absuelto porque solo existía acusación popular, se manifestaron las defensas de los acusados del PSE y de Batasuna. Sin embargo, y contra todo pronóstico, Ibarretxe cambió la estrategia mantenida hasta ayer.

Su abogado, Mikel Casas, reconoció que se habían cansado de argumentar a lo largo de dos años de instrucción sobre el uso indebido de la acción penal o sobre el imposible control de la actividad política desde la acción judicial. "Este tema tenía que acaba en pleito ¿verdad? Pues que siga el pleito", dijo.

Advirtió que la "pena de banquillo" sufrida por el lendakari ha sido más que suficiente para pedir ya una sentencia absolutoria. Sin embargo, aclaró que ahora apuestan por celebrar la vista y llegar "al fondo de la cuestión" para demostrar que Ibarretxe "hizo lo que tenía que hacer" para buscar una solución desde el diálogo a la "cuestión vasca".

El letrado del Foro Ermua, Fernando García Calpelo, aclaró que su grupo no pretende arremeter contra el diálogo, ni entrar en "política". Explicó que lo que exige aclarar es si las reuniones se produjeron --hecho que nadie cuestiona--, y si lo fueron "con Batasuna o con miembros de la izquierda aberzale".

TESTIGOS La tesis del Foro Ermua es que siendo ilegal Batasuna, sus miembros no podían actuar como tales porque al hacerlo desobedecían al Supremo. Por eso pidió informes a la Guardia Civil, para que explicara quién se reunía y por eso considera periciales las declaraciones de quienes redactaron esos documentos. Sin embargo la letrada de los miembros de Batasuna, Jone Goirizelaia, reclamó que los miembros de las fuerzas de seguridad sean considerados testigos y no peritos.