Abucheos e insultos para el ministro de Defensa. Federico Trillo fue objeto de una monumental bronca a su llegada ayer a la base naval de Rota para recibir al contingente destacado en la zona del Golfo. La protesta provenía de los familiares de los soldados embarcados en el buque Galicia y la fragata Reina Sofía , que ayer llegaron al recinto militar gaditano tras cuatro meses de misión humanitaria en el puerto iraquí de Um Qasar y varios días después de la fecha prevista. Precisamente, ése fue el motivo de la pitada.

La queja venía siendo formulada de manera anónima por los familiares desde la semana pasada. No habían dado la cara porque tenían miedo de que su denuncia tuviera repercusiones para los soldados embarcados.

Los allegados a los marineros, a partir de las informaciones recibidas a través de los propios soldados, afirman que ambas naves debían haber arribado a puerto el pasado sábado y que el retraso no tiene otra explicación que las ansias del ministro, que tiene una apretada agenda, de estar presente en el acto.

"Viendo que no llegaban, llamé a mi marido y me explicó que estaban haciendo el tonto, que el barco estaba viniendo lentamente, haciendo tiempo, para coincidir con la fecha que el ministro tenía libre", denunciaba ayer la esposa de un soldado.

La versión oficial de la Armada sobre el retraso de cuatro días es una avería de los motores. Uno de los marineros del Galicia confirmó la existencia de este desperfecto, aunque aseguró que el problema se solucionó pronto. Por ello, ofrece su versión sobre el retraso: "Porque les ha dado la gana. La llegada estaba prevista el sábado, después el lunes y finalmente el martes". Trillo siguió con el programa oficial haciendo caso omiso a las quejas.