José Luis Rodríguez Zapatero explicaba hace unos días que había decidido pasar en la Moncloa la mayor parte de sus vacaciones para seguir la evolución de la economía y "preparar decisiones y acciones importantes para septiembre". Ha quedado claro que una de esas "acciones" era tratar de imponer, con cierta discreción, a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, como su candidata en la Comunidad de Madrid. Pero la jugada se le ha complicado porque Tomás Gómez, el líder de los socialistas en la región, ha hecho pública la maniobra de su jefe en cuanto ha tenido ocasión. Con tanta implicación, Zapatero ha demostrado que necesita dar un golpe de efecto en las elecciones del 2011: vencer en Madrid, feudo del PP, puede servir de contrapeso a la posible pérdida de plazas socialistas como la Generalitat de Cataluña (este otoño) y la Junta de Andalucía (2012), y el descalabro en los principales municipios del país, según algunos sondeos.

La tozudez de Gómez al reclamar su oportunidad para someterse al menos una vez a las urnas ha obligado al PSOE a abrir un proceso de primarias, para que los militantes elijan entre él y Jiménez. El examen será el 3 de octubre y puede tener consecuencias. La apuesta por Jiménez que han hecho Zapatero y algunos pesos pesados del partido (José Blanco y Manuel Chaves) puede volverse en su contra si Gómez termina imponiéndose.

MEJORAR LA SANIDAD Jiménez --impulsora junto a otros socialistas de la llamada nueva vía que encumbró a Zapatero, hace 10 años, hasta la secretaría general del partido-- anunció ayer, ante las puertas del ministerio que dirige, su condición de aspirante a encabezar las listas en la Comunidad de Madrid. Además, hizo esfuerzos baldíos para intentar convencer al centenar de periodistas que la escuchaban de que el presidente del Gobierno no le ha pedido nada y que ha sido ella, a iniciativa propia, quien ha decidido dar el paso de la política nacional a la regional (una manera sutil de proteger a Zapatero si no logra vencer en las primarias). "Me presento porque creo que la comunidad necesita un proyecto nuevo, fuerte y que genere ilusión. Que tenga como objetivos reforzar la sanidad, las políticas sociales, la educación, pero, sobre todo, un proyecto muy dirigido a los jóvenes y a crear empleo", declaró.

EL PP BUSCA TAJADA La ministra aseveró también que siente respeto por Gómez, del que dijo que "lo tiene más fácil" para lograr el apoyo de la militancia. Jiménez explicó que lo telefoneó ayer para confirmarle que iba a retarlo a unas primarias. El PP intentó sacar rédito del revuelo socialista: el portavoz popular, Esteban González Pons, exigió a Jiménez que deje la cartera de ministra. Le replicó Elena Valenciano, al decir que si alguien debe dimitir es el presidente valenciano, Francisco Camps, por sus lazos con la trama Gürtel .

El caso es que Jiménez no tiene intención de dejar el ministerio y sí de "trabajar más", según apuntó ayer. Está por ver si, ahora, Zapatero se atreve a repetir la estrategia en Madrid capital, dado que sus encuestas señalan que Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, tiene más posibilidades frente al PP que el actual portavoz en el ayuntamiento, David Lucas.