Los partidos aliados en el Gobierno vasco barajan convocar una manifestación ciudadana de apoyo al plan Ibarretxe si el Congreso lo rechaza el próximo martes. Eusko Alkartasuna (EA) y Ezker Batua (IU-EB) han apostado a favor de esta opción. Sin embargo, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, evitó ayer comprometerse y argumentó que aún "hay tiempo para negociar".

La posibilidad de medir en la calle la adhesión a la estrategia del tripartito vasco lleva tiempo sobre la mesa e incluso se ha abordado en reuniones del Consejo de Gobierno.

El consejero y coordinador de EB, Javier Madrazo, defendió el pasado sábado la necesidad de que los vascos arropen a través de una manifestación el proyecto de reforma del Estatuto vasco y la presidenta de EA, Begoña Errazti, confirmó ayer que rubrica esa iniciativa.

La convocatoria de la marcha debería producirse antes de que el lendakari anunciase la disolución del Parlamento, decisión que previsiblemente formalizará la primera quincena de marzo, y permitiría mantener en el clima político el mensaje de que hay un "rechazo" al diálogo por parte del PP y del PSOE, y una "falta de respeto" a una decisión mayoritaria de los vascos.

NUEVO INTENTO DE IMAZ Imaz emplazó ayer de nuevo al Tribunal Constitucional para que evite la celebración del pleno del Congreso en el que se debatirá el plan Ibarretxe , previsto para las 16 horas de mañana. No obstante, también confirmó que el Parlamento vasco enviará su delegación para presentar el plan en la Cámara baja.

DELEGACION VASCA Los integrantes de esa delegación serán elegidos en el transcurso de la sesión que el Parlamento vasco celebrará hoy. Todo apunta a que el designado será el propio Ibarretxe, aunque Batasuna podría frustrar esos planes si se alinea con la oposición (PP y PSE), y fuerza que sean tres los elegidos, uno de los cuales debería ser del Partido Popular.

En principio, esa opción parece poco probable y ayer mismo, la diputada de Batasuna Jone Goirizelaia consideró ese debate "superfluo".