Los votos del tripartito vasco (PNV, EA y EB) y los del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK en euskera) y Aralar se unieron ayer en el Parlamento para pedir la libertad de los dirigentes de Batasuna encarcelados por el juez Baltasar Garzón y la desaparición de la Audiencia Nacional. PP y PSE se pronunciaron en contra aunque luego, los partidos de la oposición, excepto EHAK, y los del Gobierno se juntaron para apoyar a los escoltas y exigir a ETA su "inmediata e incondicional" desaparición.

Se puede decir que la Cámara vasca daba ayer una de cal y otra de arena en apenas 90 minutos de debate. La primera parte puso en evidencia la sintonía de las fuerzas nacionalistas y de Ezker Batua --denominación de IU en Euskadi-- en su radical oposición a la ley de partidos y a su aplicación a la izquierda aberzale. Durante la segunda, quedó claro que todas las fuerzas vascas son capaces de ponerse de acuerdo para condenar cualquier tipo de violencia, pero que EHAK sigue considerándolas "consecuencias de conflicto".

EQUILIBRISMO El acuerdo entre el tripartito y EHAK denuncia la actuación de la Audiencia Nacional por registrar la sede de oficinas del Partido Comunista de las Tierras Vascas en San Sebastián. Según lo firmado por PNV, EA y EB, el juez Garzón no era "competente" para actuar en asuntos que afectan a cargos electos.

Por otra parte, el texto supone un ejemplo de equilibrismo. Así, para pedir la libertad de los dirigentes de Batasuna dice que "aquellas personas que en el ejercicio de derechos básicos como el de reunión han sido detenidas y encarceladas, deben recobrar la condición de libertad".

Además de reclamar de nuevo la derogación de la ley de partidos, la proposición no de ley reconoce como "elemento esencial" el respeto a las reglas de juego. También dice que la normalización política vasca no deberá aceptar la violencia, el chantaje o la extorsión. En este punto, EHAK sí se abstuvo.

Los acuerdos variaron cuando de lo que se trataba era de condenar el atentado de ETA contra el escolta Gabriel Ginés, herido el día 9 en Bilbao. De hecho, la iniciativa socialista se transformó en una transacción de todos los grupos, salvo EHAK.

El pacto fue novedoso, porque, a diferencia de lo sucedido tras el atentado contra la T-4 en Barajas en diciembre del 2006, el PP se sumó al acuerdo. Además de las exigencias a ETA se formuló un llamamiento a todas las fuerzas políticas y sociales para que "a través de la unidad y el diálogo democrático" defiendan los derechos y las libertades.