Soldados españoles mataron ayer a seis guerrilleros iraquís del Ejército del Mehdi que les tendieron una emboscada a las afueras de la ciudad de Diwaniya y apresaron a otros siete, tres de ellos malheridos. Ningún español resultó muerto ni herido. La de ayer fue la segunda celada tendida en menos de 24 horas por los seguidores del clérigo radical shií Moktada al Sadr a las tropas españolas.

En la anterior, ocurrida el domingo por la tarde, los guerrilleros shiís atacaron a otra patrulla española que repelió la agresión y mató a dos de ellos. El mando de las dos unidades españolas atacadas era el mismo, según fuentes del Ministerio de Defensa. Ambas emboscadas contradicen el compromiso del jefe religioso shií de no atacar a los españoles tras la orden de retirada impartida el 18 de abril por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

MISION DE RECONOCIMIENTO El enfrentamiento de ayer comenzó a las 10.45 (12.45 en Irak) cuando una patrulla compuesta por dos Vehículos de Exploración de Caballería (VEC) e integrada por 15 militares realizaba el reconocimiento de una de las rutas por las que se retirarán las tropas españolas hacia Kuwait. Una veintena de radicales shiís les tendió una celada y les atacó con fusiles y granadas. El intercambio de disparos duró tres horas y media.

Los españoles repelieron el ataque con los cañones de 25 milímetros de los VEC y pidieron por radio refuerzos a Base España. De allí partieron de inmediato 30 legionarios a bordo de varios Blindados Medios Sobre Ruedas (BMR). El mando español alertó también de lo que sucedía a la policía local iraquí.

SE RINDIERON Los insurgentes se habían parapetado detrás de un muro de hormigón y disparaban a intervalos ráfagas de Kalashnikov y granadas RPG-7 con lanzacohetes. Los 15 españoles resistieron hasta que llegaron los refuerzos y pudieron cercar a los agresores. Entonces, algunos guerrilleros abandonaron sus posiciones y huyeron. Otros siguieron disparando, pero al verse cercados se rindieron. El combate se saldó con seis iraquís muertos y siete prisioneros, tres de ellos heridos que fueron ingresados en Base España. Los cuatro restantes fueron entregados a la policía iraquí.

En un zulo situado en el mismo lugar de la emboscada, a dos kilómetros de Diwaniya, los militares se incautaron de un depósito de armas, munición y equipos de transmisión pertenecientes a los agresores.

El hostigamiento a las tropas españolas comenzó el 4 de abril. Ese día, un ataque shií contra la base española en Nayaf se saldó con 22 muertos: 20 iraquís, un norteamericano y un salvadoreño. El Ejército español siempre ha afirmado que aquellas bajas iraquís no fueran causadas por fuego español, sino por otros militares de la coalición.