El Tribunal Supremo ha anulado la condena a un año de prisión y siete de inhabilitación absoluta que la Audiencia Nacional impuso a la tuitera Cassandra Vera por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por sus tuits sobre el atentado que costó la vida a Carrero Blanco.

De este modo, la sala dos el alto tribunal absuelve a la acusada al considerar que la repetición que hizo en Twitter de chistes fáciles y de mal gusto sobre un atentado ocurrido hace ya 44 años, sin ningún comentario ultrajante hacia la víctima, es reprochable social e incluso moralmente en cuanto mofa de una grave tragedia humana, pero no resulta proporcionada una sanción penal.

Tras conocer la sentencia, Cassandra (a quien la sentencia se refiere como Ramón Vera Paz, su nombre legal) lanzó un tuit en el que expresó su satisfacción personal, pero su preo-cupación «por otras condenas, como la de Valtonyc y otros raperos y tuiteros.»

El pasado 29 de marzo de 2017, el tribunal compuesto por los magistrados Teresa Palacios, Carmen Paloma González y Juan Francisco Martel impuso, de acuerdo con el criterio de la fiscalía, la pena de un año de cárcel al entender que estas publicaciones suponían una «deshonra» y «burla» a las víctimas y le recordó que la lacra del terrorismo persiste.

La tuitera murciana, por su parte, defendió en la vista oral que la intención de estas publicaciones era «simplemente hacer humor» enmarcadas en el debate existente en marzo del 2015 por la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana. No obstante, la sala determinó que sus explicaciones «para nada» fueron «convincentes» y que algunos de los mensajes publicados iban acompañados de «elocuentes imágenes», que reforzaban «aún más su carácter de descrédito, burla y mofa» a una víctima del terrorismo «por más que el atentado contra el expresidente del Gobierno del régimen franquista tuviera lugar en 1973».

Finalmente, la sentencia del Supremo argumenta que no es proporcionada una sanción penal y que Cassandra se limitó a reproducir lo que otros ya habían dicho antes y a ridiculizar o banalizar el atentado de una persona que para ella era un personaje de la historia.