El presunto etarra Andoni Otegi, uno de los cuatro acusados por el asesinato del concejal de UPN en Leiza (Navarra) José Javier Múgica en el 2001, ha dicho este viernes que no se han reído de la viuda y que respetan su sufrimiento.

"Nadie se ha reído del sufrimiento de la viuda, al contrario, lo respetamos, en cambio lo que ha sucedido es consecuencia de una mentira y de un afán de protagonismo de una magistrada", ha dicho.

Otegi aludía a la frase pronunciada por la magistrada Ángela Murillo, que ayer renunció a celebrar la vista tras afirmar, sin percatarse de que había un micrófono abierto: "Pobre mujer (...) y encima se ríen estos cabrones". Al finalizar el juicio, la viuda de Múgica, Adoración Zubeldia, ha saludado efusivamente a Murillo, que abandonaba la sede de la Audiencia Nacional, a la que ha abrazado y dado las gracias. Murillo renunció a seguir como magistrada en el juicio tras el comentario.

Zubeldia ha tenido que volver a declarar en la vista, tras la renuncia y ha tenido que repetir sus explicaciones sobre los momentos que vivió el 14 de julio de 2001 cuando explotó la bomba colocada en la furgoneta de su marido, que era concejal de UPN en Leiza (Navarra).

En ese momento se ha vuelto a derrumbar ante el tribunal y, entre sollozos, ha contado que desde la ventana de su casa vio a su marido tumbado en el suelo: "La furgoneta se estaba quemando y él también se estaba quemando", ha dicho. Ha sido después, al terminar su declaración, cuando ha aprovechado para, una vez de pie, volverse y mirar durante unos segundos, directamente a la cara y uno por uno a los cuatro acusados, que permanecían sentados.