El comandante Antonio Novo mandó el lunes 19 de mayo su última crónica desde Kabul (Afganistán). En el texto --enviado a Tierra, la publicación quincenal del Ejército que él dirigía-- relataba que los refuerzos habían llegado con "normalidad" para darles el relevo tras cuatro meses de trabajo humanitario en Afganistán. "El martes (por hoy) nos veremos y tomaremos un café. ¿Vale?", dijo a sus redactores.

Ayer, esos mismos reporteros tuvieron que cambiar la portada de la publicación para anunciar la muerte de Novo, padre de dos hijos de 15 y 18 años, y de otros 61 militares más. La noticia provocó lágrimas en los profesionales de Tierra , algo poco habitual entre los militares. "Todos le querían mucho", insistió el redactor jefe, el teniente Carlos Martín.

Los militares fallecidos --cuyo listado completo se conocerá una vez que los hayan identificado-- llegaron a Afganistán el 15 de enero como parte de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), compuesta por 5.000 militares de 19 países. El dispositivo multinacional se formó hace un año a solicitud de las Naciones Unidas para mantener la seguridad en Kabul y cooperar en su reconstrucción tras el ataque de Estados Unidos.

CERO GRADOS

Además de devolver a Kabul un aspecto digno de ciudad, los militares españoles fallecidos también se encargaron de repartir bolsas de comida y ropa a las familias afganas más necesitadas. Los profesionales, que soportaron en enero temperaturas por debajo de los cero grados, estaban curtidos en misiones humanitarias. Algunos eran veteranos y habían formado parte de los dispositivos desplazados a los Balcanes.

TROPAS DEL AIRE Y DE TIERRA

La agrupación, la cuarta desde el inicio de las operaciones, estaba al mando del teniente coronel José Solar, que también falleció en el accidente junto al teniente Sergio Maldonado.

De los 61 soldados muertos (el otro militar era guardia civil), 40 eran miembros del Ejército de Tierra y otros 21, del de Aire. Los primeros procedían de 12 unidades de Madrid, Burgos y Valencia. Los segundos, de la base de Zaragoza. Una veintena de los de Tierra pertenecían al Regimiento de Ingenieros número 1 de la División Mecanizada Brunete (con base en la Castrillo del Val, Burgos).

El resto estaba destinado en el departamento de comunicación, la jefatura de intendencia económica y administrativa, el mando logístico regional centro y el batallón contra armamento nuclear, bacteriológico y químico, entre otras unidades.