El juez Baltasar Garzón tomó ayer declaración durante cerca de cinco horas al último detenido por la Policía en la operación Gürtel. Se trata de un empleado de Francisco Correa, presunto jefe de la trama corrupta, cuyo nombre no trascendió. El magistrado de la Audiencia le dejó en libertad, pero le dictó comparecencias semanales. Este imputado fue el séptimo arrestado en este caso por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía desde el pasado viernes. De ellos, tres imputados están en prisión incondicional.