Un mes para alcanzar la «nueva normalidad». Ese es el horizonte que se ha marcado el Gobierno para concluir la desescalada y que llevó ayer a Pedro Sánchez a anunciar que el próximo miércoles solicitará en el Congreso de los Diputados una prórroga de «alrededor de un mes» del estado de alarma, la última si no hay rebrotes y la evolución de la epidemia es favorable. El presidente del Ejecutivo aseguró que entre las previsiones con las que trabajan está la posibilidad de que en este plazo todo el país haya superado la tercera fase de la desescalada y ya no sean necesarias las restricciones a la movilidad. Incluso, Sánchez dejó caer que negociará con el resto de formaciones la opción de que el estado de alarma pueda ser «asimétrico» y que se levante antes en unos territorios que en otros.

Tras dos meses de excepcionalidad y con la economía congelada, el líder de los socialistas señaló que «el comienzo del verano» podría coincidir con el final de la desescalada en la mayoría de las comunidades autónomas. Para aquellos territorios que van rezagados y aún no han pasado a la fase 1 (la Comunidad de Madrid, el área metropolitana de Barcelona y las capitales de provincia de Castilla y León) este paso podría llegar un par de semanas después, apuntó. Más aun, Sánchez abrió la puerta a un escenario en el que no sea necesario esperar a dentro de 30 días para retirar las medidas excepcionales en alguna zona. «El Gobierno de España, si ve que antes de ese mes se puede levantar -el estado de alarma- en todo el territorio o en una parte, lo haremos», sentenció.

No obstante, como viene haciendo desde que comenzaron las medidas de alivio, Sánchez pidió precaución a la ciudadanía para evitar los rebrotes. «La prudencia debe ser la regla», apuntó tras reiterar en numerosas ocasiones que todos los pasos que lleve a cabo el Ejecutivo serán de manera segura y atendiendo a los criterios sanitarios y a la opinión de los expertos y de la ciencia. A este respecto recordó que el estudio de seroprevalencia realizado muestra que tan solo el 5% de la población ha contraído el coronavirus y que eso coloca a España todavía en un «escenario de vulnerabilidad».

El plan de Sánchez queda a expensas de que el Congreso apruebe la prórroga del estado de alarma. Un trámite que se ha ido complicado durante las últimas semanas con la pérdida de apoyos por parte del Gobierno y que en la última votación se consiguió sacar adelante gracias a una negociación in extremis con el PNV y Ciudadanos. Ahora, los esfuerzos parecen estar puestos en volver a atraer a ERC al sí.

No obstante, los republicanos condicionan su apoyo a reactivar la mesa de negociación entre la Generalitat y el Gobierno, una petición que, como Sánchez consideró, no tiene que ir ligada al estado de alarma. Aun así, ciertos anuncios sobre las novedades que incluye esta nueva prórroga podrían facilitar el acercamiento de los de Oriol Junqueras.

NUEVA ETAPA / Según explicó el jefe del Ejecutivo, la situación es muy diferente a la de hace ocho semanas y esto obliga a hacer ciertos cambios. «Tenemos que adecuar nuestra arquitectura institucional hasta esta nueva etapa», señaló antes de explicar que «decaerán las facultades excepcionales» de los ministros de Defensa, Interior y Transportes. En consecuencia, la única autoridad delegada será el responsable de Sanidad, Salvador Illa, que seguirá teniendo el mando único para coordinar el proceso de vuelta a la normalidad.

Además, este paso conllevará que las autonomías «irán recuperando su plena capacidad de decisión». Un cambio que podría ser visto como una mano tendida a ERC, el PNV o JxCat. En concreto, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, defendió ayer que «cualquier decisión de alargar el estado de alarma ha de comportar el retorno de las competencias al Govern de la Generalitat».

RECHAZO A LAS MEDIDAS / Donde no encontrará apoyos será en el PP. Su presidente, Pablo Casado, ya mostró ayer su rechazo a la prórroga a través de Twitter: «Se puede proteger la salud y el empleo con la legislación en vigor, sin abusar más de la excepcionalidad constitucional». Además, la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, acusó al Ejecutivo de dejar a Madrid en la fase 0 condenándola a la «ruina». Un reproche que Sánchez negó alegando que los indicadores que se están utilizando para analizar el cambio de fase ha sido «acordado con las autonomías y bajo el criterio de los expertos».

Aunque Sánchez no cuente ahora con los conservadores, sus votos sí serán necesarios para sacar adelante «modificaciones legislativas» que, según dijo Sánchez, serán las que permitan gobernar la situación una vez finalizado el estado de alarma.