En su primera intervención, Zapatero anunció que el Gobierno esperará a conocer el dictamen del Consejo de Estado antes de avanzar sus criterios sobre las cuatro reformas constitucionales propuestas, incluida la del Senado. Pero, al cerrar la primera sesión del debate autonómico, abogó por "un Senado donde estén los gobiernos de las comunidades" para acordar políticas compartidas como, por ejemplo, la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). En su opinión, "el Senado tiene que ser la sede preferente del diálogo institucional, la cooperación y la génesis y maduración de decisiones compartidas que afectan a las autonomías". En cuanto al método de la reforma, Zapatero sólo avanzó la creación de una ponencia en la Cámara alta que recibirá el informe del Consejo de Estado y "proceda a su estudio" durante "los primeros meses del próximo año" con la participación de las autonomías. El presidente mantuvo como horizonte de la reforma constitucional "el fin de la legislatura", pero no quiso convertir el calendario en caballo de batalla. Zapatero cree que la conferencia de presidentes debe ser "un órgano de impulso y de desbloqueo de conflictos enquistados".