Unidos Podemos dicotomiza la campaña y apela a las emociones para confrontarse con los mensajes de miedo a los "radicales" que lanzan desde las filas del PP, Ciudadanos y el PSOE. Con el eslogan "La sonrisa de un país", los equipos de Pablo Iglesias y Alberto Garzón apuestan por transmitir optimismo e ilusión, sentimientos que quieren irradiar con un logotipo en forma de corazón, dibujado con los colores identitarios de todas las confluencias. El director de la estrategia, Íñigo Errejón ha subrayado la importancia de trasladar emoción a una vuelta electoral en la que, saben, son la única novedad. " Frente a los que se enfrentan a los españoles deseando que se enfaden o tengan miedo, planteamos una campaña patriótica", ha explicado durante la presentación de la campaña.

Será una gira con menor exposición de Iglesias, que limitará su presencia a ocho actos, y que compartirá escenario en cinco ocasiones con el coordinador federal de IU. Errejón, que hará una caravana en paralelo, coincidirá en algunas ciudades clave con el líder de Podemos. Los encuentros más destacados están emplazados en el arco mediterráneo y en Madrid, donde está programado el cierre de campaña. En la capital, la coalición espera contar con la presencia también de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, Mònica Oltra.

Unidos Podemos quiere poner énfasis especialmente en Cataluña, Valencia e Islas Baleares, donde espera convertirse en la primera fuerza política el 26-J. Para la alianza, se trata de una decisión estratégica, con la que quieren poner de relieve el contraste entre el modelo defendido por el PP en esos territorios y el proyecto de cambio que plantean. "El Mediterráneo es una cuestión estratégica. Representó para el PP un modelo de desarrollo basado en pelotazos urbanísticos, y ahora es uno de los motores políticos del cambio", ha señalado Iglesias.