Unión del Pueblo Navarro (UPN) considera que, a pesar de su decisión de abstenerse en la votación de los presupuestos generales del Estado, el pacto con el PP sigue vigente. Los populares tampoco quieren dar por enterrado el acuerdo firmado entre ambos partidos en 1991, y se limitan a considerar la actitud de su partido hermano como de "extrema gravedad", aunque reversible.

El secretario general de UPN, Alberto Catalán, fue el encargado de fijar la posición del partido un día después de la polémica decisión del consejo político, que acordó por abrumadora mayoría desobedecer las advertencias del PP y abstenerse en la votación de las cuentas socialistas. Ninguno de los dos partidos quiere asumir el coste de ser considerado el culpable de la ruptura y se han esforzado en las últimas horas en traspasarse la responsabilidad.

Así, los populares destacan que UPN está obligada a secundarles en cualquier iniciativa en el Congreso de los Diputados, en virtud de su acuerdo, mientras que los regionalistas defienden que gozan de autonomía para defender los intereses de Navarra. De fondo, UPN no puede "empujar al abismo" a los socialistas, como admitió su presidente, Miguel Sanz, ya que les necesitan para mantener su Gobierno minoritario en Navarra.

NORMALIDAD Catalán intentó aparentar normalidad, y expresó que las direcciones de ambos partidos deberán estudiar ahora la situación creada. También precisó que el consejo político acordó por mayoría la continuidad del pacto con el PP, por los "magníficos resultados" cosechados en las urnas.

El PP emitió ayer un comunicado en el que advirtió de la gravedad de la decisión de UPN. Aunque apuntó que "todavía hay tiempo" para que Sanz reconsidere su posición, advertía de que, para el PP, es "irrenunciable" garantizar la presencia de su proyecto en toda España. Una amenaza velada para UPN que supondría que los populares se presenten con sus siglas en Navarra, algo que no ha pasado desde 1991. Con todo, destacados miembros de la cúpula regionalista aseguran en privado que esa circunstancia les beneficiaría, porque les permitiría sumar más votos al despojarse de la sombra del PP.

Los populares también tuvieron un mensaje de agradecimiento para los críticos de UPN, que quedaron en clara minoría en el consejo político. Uno de ellos, Santiago Cervera, uno de los dos diputados regionalistas en Madrid, estimó ayer "muy difícil" que su partido y el PP recuperen la confianza. En caso de que la situación no cambie, adelantó que se vería abocado a elegir entre la disciplina de su partido y su conciencia política. En sus últimas declaraciones ha reiterado su rechazo a los presupuestos generales, lo que ha provocado que el propio Sanz le advirtiera de las consecuencias de una desobediencia.

LA APUESTA El otro diputado, Carlos Salvador, avanzó que apoyará los presupuestos del Estado, aunque añadió que hará lo posible para que no se rompa una relación con el PP.

Por su parte, los socialistas navarros se felicitaron por la decisión de UPN. El secretario general del PSN, Roberto Jiménez, reconoció el esfuerzo de UPN y lo interpretó como "una apuesta por los intereses de Navarra". También lanzó un mensaje en clave interna a quienes criticaron a la dirección de PSN por permitir gobernar a los regionalistas gratis, en detrimento de Nafarroa Bai, "y ahora dicen todo lo contrario".

Por la coalición nacionalista, el portavoz, Patxi Zabaleta, denunció que la decisión de UPN obedece a intereses partidistas, pero consideró "una novedad" que los regionalistas realicen un "intento" de defender el derecho de decisión en Navarra frente al abrazo del oso del PP. Y desde Galicia, el líder del BNG, Anxo Quintana, expresó "cierta envidia" ante la decisión de UPN, porque les define como "un partido autónomo sin influencias de Madrid", una actitud que recomendó al PP gallego.