El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, defendió ayer el diálogo como instrumento "insustituible" para alcanzar la paz y reivindicó la necesidad de acompañamiento y "cercanía" para con los familiares de los presos que "sufren" por tener a sus allegados a cientos de kilómetros. El prelado reconoció en una conferencia del Fórum Europa, en Bilbao, que sus palabras podían suscitar "incomprensión", pero aun así optó por defender las posiciones de la Iglesia vasca y tildó de "injusto" que se le califique de "tibia" en la condena a ETA.

Uriarte no era ajeno a que su encubierta crítica a la política penitenciaria se producía unos días después de que el PSE y el PP confirmaran su intención de suprimir de los presupuestos vascos cualquier partida destinada a subvencionar los desplazamientos de los familiares de los presos o de su entorno.

El obispo reconoció que las medidas de alejamiento son por "razones políticas", aunque se deben tener en cuenta "razones humanitarias" y también el respeto a "derechos intangibles" del ser humano.