El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, mostró ayer su rechazo a la "violencia real o amenazante" de ETA y a la "violencia moral que pueden ejercer los poderes legislativo, judicial o ejecutivo". Aunque sin referirse expresamente al próximo debate parlamentario sobre el plan soberanista del lendakari, Uriarte aludió a "la delicada fase" que parece que se inicia, "cargada de temores y esperanzas", y reclamó que los criterios éticos rijan la actividad de políticos, jueces y periodistas.

En una homilía pronunciada durante una misa en el Santuario de Arantzanzu (Guipúzcoa) el día de la patrona, a la que asistía Juan José Ibarretxe, el prelado señaló que la ética demanda a los gobernantes unas prioridades nítidas: "La defensa de la vida humana por encima de todo y la búsqueda de la paz por encima del pleno cumplimiento de las diferentes aspiraciones".