El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, retó ayer a ETA a que actúe directamente contra su persona y "deje en paz" a los empresarios vascos. Conocedor de que la banda se había propuesto hace meses atacar a los peneuvistas por vía indirecta, bien a través del sector empresarial o de la policía vasca, Urkullu tradujo que el asesinato de Ignacio Uria es un aviso a su partido y asumió el enfrentamiento abierto con ETA.

"Aquí me tienen", dijo durante una entrevista en la radio pública vasca. El presidente del PNV, que acaba de cumplir un año al frente del partido, aceptaba así el desafío de la banda contra lo que la propia organización terrorista define como el "Partido del Negocio Vasco".

Urkullu dijo que si la elección de Uria como blanco fue por su papel en la construcción del AVE, la banda no debe olvidar que son los peneuvistas los que respaldan la infraestructura, al tiempo que advirtió de que, si lo que pretende ETA es enviar un mensaje de terror a los empresarios que no ceden al chantaje económico, igualmente es el PNV quien aplaude la negativa.

En clave política, Urkullu se manifestó muy crítico con la decisión "oportunista" del Gobierno de explorar ahora medidas para desalojar a ANV de los ayuntamientos. Se preguntó por las razones del anuncio en estos momentos, cuando se vivió una situación semejante con el asesinato del socialista Isaías Carrasco en marzo en Mondragón.

Personas de cierta relevancia en la izquierda aberzale, como el exparlamentario de Euskal Herritarrok (EH) Iñaki Antigüedad o Iñaki Alvarez, hermano del dirigente de Batasuna encarcelado Joseba Alvarez, han firmado a titulo personal un escrito de rechazo al asesinato de Uria.

Ambos son miembros del movimiento social contra la línea de alta velocidad y por eso, le piden a ETA "que deje de inferir en las luchas sociales" y que deje de "tutelar" a la sociedad vasca.

Por otro lado, seguidores de Batasuna se manifestaron ayer por la tarde en Durango (Vizcaya) para reclamar la independencia y contra la Constitución.