El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, arremetió ayer contra el PSOE por haber convertido en su "prioridad número uno" lograr que el líder del PSE, Patxi López, sea el próximo lendakari. Reprochó especialmente el "empeño" del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en desalojar a los nacionalistas en vez de "luchar contra la crisis económica o favorecer el diálogo para lograr la convivencia política en Euskadi".

Urkullu protagonizó ayer en Bilbao los actos con motivo del 113º aniversario de la fundación del PNV, en el que tomaron parte numerosos afiliados y la plana mayor del partido. Gran parte de su intervención tuvo como destinatario a Zapatero, a quien consideró "obsesionado" por lograr un lendakari "domesticado, tan dócil y servil a Madrid como el delegado del Gobierno". Le acusó, además, de condenar a Euskadi a la "parálisis" y a la "conflictividad perpetua" hasta lograr "el trofeo de una Ajuria Enea sede del Gobierno vasco no nacionalista". De esta forma, añadió el dirigente nacionalista, "dejaría el mapa del Estado dividido en solo dos colores, el rojo socialista y el azul popular".

Urkullu defendió la ley de consulta como el mejor ejemplo de que su partido no sufre la "obsesión electoral" del PSOE, sino que apuesta por "un nuevo marco" que abarque a todos los vascos y recoja el derecho a decidir "su propio futuro, su articulación interna y su relación externa".

La consulta que se pretende realizar en octubre será defendida también hoy con la presentación de una carta abierta a Zapatero, redactada por los máximos responsables del PNV, EA y EB (marca de IU en Euskadi).

El líder peneuvista dedicó "20 segundos" a ETA, y lo hizo para destacar que la banda pretendía realizar un gran atentado contra la Ertzaintza coincidiendo con un día tan señalado para su partido. Y reclamó que desaparezca "hoy mejor que mañana".

El Gobierno vasco registró ayer en el Tribunal Constitucional sus alegaciones a los recursos presentados por el Ejecutivo socialista y el PP contra la ley de consulta. El escrito pretende rebatir los argumentos esgrimidos "desde una malinterpretación intencionada" por el Abogado del Estado para pedir que se declare ilegal la norma: rechaza que se trate de un referendo, "sino de escuchar la opinión de los vascos, que no será vinculante", defiende que la tramitación parlamentaria se ajustó al reglamento de la Cámara y desmiente que atente contra la soberanía nacional.