La cúpula del PNV no quiere que la consulta aprobada por el Parlamento vasco el viernes gracias a un voto del aberzale Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK) impida la posibilidad de trabajar en un "acuerdo político" con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, ni desea que la señale como la responsable de un escenario de enfrentamiento con el Estado.

Por ese motivo, Iñigo Urkullu, presidente del PNV, pidió ayer al presidente del Gobierno que su anunciado recurso al Tribunal Constitucional no se vea acompañado de una petición de suspensión inmediata de la ley para que los tribunales "puedan trabajar" mientras los políticos intentan el diálogo.

Consciente del complicado escenario que se abre una vez aprobada la ley más polémica de las tratadas por la Cámara vasca, Urkullu quiso trasladar un mensaje de tranquilidad a los suyos. Por eso, dejó claro que el voto de EHAK al proyecto del lendakari constituye un "juego perverso", una especie de "timo de la estampita" que no entra al fondo de la cuestión porque los radicales han evitado en todo momento pronunciarse sobre las preguntas de la consulta.

En todo caso, y a pesar de las corrosivas acusaciones de EHAK contra el PNV, el presidente del partido advirtió de que no lograrán condicionar sus decisiones políticas.

INICIATIVAS Además, anunció que él mismo se propone presentar a la ejecutiva del PNV una serie de iniciativas "políticas e institucionales" a desarrollar en los próximos meses, sobre cuyo contenido se mantuvo, como suele ser habitual, enigmático.