TRAYECTORIA MINISTRO DE ECONOMIA (1962-1974); PRESIDENTE DE FRANCIA (1974-1981); DIPUTADO PROFESION INSPECTOR DE FINANZAS

CARGOS ACTUALES MIEMBRO DEL CONSEJO CONSTITUCIONAL Y DE LA ACADEMIA DE LA LENGUA FRANCESA

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Valéry Giscard d´Estaing, el padre de la Constitución europea, recibió a este diario en su casa de París. Atento y cordial, sirvió él mismo el café y se dejó fotografiar en la cocina para evitar "las lúgubres imágenes" que se dan de los políticos. El que fuera el presidente más joven de la República Francesa --ocupó el cargo en 1974, a los 48 años--, desarrolló su mandato bajo el signo del cambio, la modernidad y la construcción europea --de la que se erigió en motor junto con el canciller Helmut Schmidt--.

En 1996, creó el Instituto para la Democracia en Europa, consagrado a la reflexión sobre las instituciones cuando los países fundadores se preocupaban de la gestión. El Consejo Europeo coronó su carrera en diciembre del 2001 en Laeken (Bélgica) al confiarle la presidencia de la Convención sobre el Futuro de Europa. Una tarea colosal y 18 meses de trabajo para trazar los contornos de las nuevas instituciones y dotar de una Carta Magna a la UE de los Veinticinco.

--¿Es importante el sí de España a la Constitución?--Muy importante, y me alegro de que el calendario haga que España sea el primer país que emite un voto popular. Hasta ahora ha habido dos ratificaciones, Lituania y Hungría, pero a través del Parlamento. El pueblo no fue consultado. Así pues, el pueblo español será el primero en pronunciarse y marcará la tendencia entre el sí y el no y la abstención de una campaña que se terminará, presuntamente, con el referendo británico en el 2006.

no

--Un viaje a Madrid le ha permitido apreciar la campaña española. ¿Qué piensa de ella?--La encuentro muy buena. Me parece estupenda la idea de darle un carácter totalmente pedagógico porque esta consulta es algo muy especial. La sociedad debe aprobar un Tratado que a mí me gustaría que aguantara sin cambios durante un tiempo. Es decir, que no está hecho para una mayoría política. Por lo que el hecho de que no sea el poder actual el que explique el texto, sino las fuerzas vivas del país --universidades, cámaras de comercio, asociaciones y personalidades--, prueba ante todo que, contrariamente a lo que decían algunos, se puede leer. Y mi deseo es que el Gobierno francés y los de otros países de la Unión Europea imiten la campaña española.

--¿Cómo explicaría usted la necesidad de una Constitución a los ciudadanos europeos?--Es muy simple, y creo que lo entenderán, si no lo entienden todavía: Europa se hizo con seis países en los años 50 y hoy somos 25 funcionando con las instituciones previstas para seis. Es evidente que no se puede seguir así. Era lógico que la ampliación se hiciera poco a poco, con países como España, pero no hubo una adaptación de las instituciones. Hay que dotarse de estructuras de gobierno que funcionen; un esquema de decisión simple y una mejor separación de competencias entre Europa y los estados miembros. Es decir, que lo ideal es que los estados conserven las competencias que pueden ejercer como quieran, en el plano nacional o regional, y que la UE ejerza sólo sus propias competencias sin que tenga necesidad de meterse en todo.

--Si tuviera que elegir entre los artículos esenciales del texto, ¿cuáles destacaría?--En el preámbulo, lo más importante se refiere a la identidad europea. Europa reposa sobre una identidad y dice que su inspiración es de origen cultural --es decir greco-latina--, religiosa --es decir, esencialmente cristiana-- y humanista --con la filosofía de los siglos XVIII y XIX--. Otra cosa muy importante está en el artículo 1 y se refiere a la voluntad de crear una UE para alcanzar determinados objetivos y se dice cómo hacerlo. La UE es una organización original, ni confederación ni federación, que tiene las competencias que sus miembros le dan. Pero, cuando las tiene, las ejerce de manera federal, lo que me parece adaptado a los tiempos modernos.

--Los partidarios del no reprochan al texto un déficit social.--Este es un falso debate porque se confunde el sistema institucional y la política que se aplicará y que dependerá exclusivamente de las mayorías elegidas. La política se sitúa en el marco de la Constitución, pero no es la Constitución la que hace la política. De ahí mi comentario, que al parecer chocó a algunos, de que no se gobierna a 450 millones de habitantes con adjetivos como social.

--¿Es optimista sobre las posibilidades reales de adopción del texto por todos los estados?--Sí, aunque reconozco que algunos países quizás tendrán problemas. Pero no creo que sean muchos los que se encuentren en esta situación.

--Al parecer, los más reticentes son los nuevos miembros, los países del Este.--Esto es lo que se dice, pero se dicen muchas cosas en la prensa y no todas son ciertas. El hecho es que los primeros en ratificar el Tratado no han sido los países fundadores, sino dos nuevos miembros, y lo han hecho con unas mayorías muy fuertes. Es cierto que hay algunos problemas, por ejemplo en la Republica Checa, porque su presidente es hostil a la Constitución. Sin embargo, los sondeos muestran que la población es más bien favorable. Habrá que ver si el presidente influirá en la población.

--El caso francés y el británico también plantean problemas.--Son muy distintos. Los franceses, en su mayoría, están a favor, pero tienen la mala costumbre de integrar en los referendos otros elementos que no tienen nada que ver. El caso del Partido Socialista francés ha sido muy interesante y aleccionador, ya que ha hecho una verdadera consulta democrática interna y ha ganado el sí a pesar de que muchos de sus dirigentes preconizaban el no. Es decir, que hay una respuesta pública que no se corresponde con la expectativa anunciada.

no.

--¿Cómo lo analiza usted?--Pienso que vivimos una época en que los pueblos van más deprisa que los gobiernos. Los gobiernos van detrás y siguen. Probablemente se deba a la sociedad de la comunicación. La clase política tiene como objetivo ser reelegida, o sea, que dice lo que hay que decir para conseguirlo y para ello consulta a la sociedad mediática. En otros tiempos, los dirigentes decían "hay que hacer esto o lo otro" y luego buscaban el apoyo del pueblo. Ahora es al contrario, se preguntan qué hay que decir para ser reelegido y así van detrás del pueblo, y los pueblos, aunque también pueden equivocarse, suelen ser sabios y deciden por sí mismos.

--Pero el sí de los socialistas no presupone un sí de los franceses. ¿El adelanto de la fecha del referendo a antes del verano se explica quizás por la necesidad de aprovechar esta dinámica positiva?--No lo sé, pero pienso también que la primavera o el verano son mejores que el otoño. La gente está más alegre y contenta y es más positiva. Pero hay que tomarse el tiempo necesario para hacer una buena campaña. Pedagógica, clara, y no demasiado