O el PSOE o el bloqueo. O ellos o el caos, vino a decir. No tiene intención de pactar con nadie. Ya lo dijo en el debate del pasado lunes, «que dejen gobernar la lista más votada», y en esa idea sigue subido para pedir de nuevo el voto (más aún). Pedro Sánchez hizo ayer una visita exprés a Extremadura. En apenas 45 minutos fulminó un mitin en Badajoz con cinco intervinientes donde explotó la idea del ‘todos contra mí’. Tenía que salir corriendo a Gijón para seguir los actos de una campaña que está exprimiendo.

Su presencia en la capital pacense consiguió una calurosa acogida. La cita se organizó en el Palacio de Congresos de la ciudad, con capacidad para unas 1.100 personas. Y resultó pequeño. Decenas de fieles tuvieron que quedarse en la puerta molestos porque ya no les dejaban entrar. El aforo estaba completo.

Dentro, en primera fila, no faltó el apoyo del expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que sigue siendo referente.

Fuera, dos mínimas protestas: una de Jusapol para pedir la equiparación salarial de los policías nacionales y la Guardia Civil con los agentes autonómicos; y otra de los funcionarios de prisiones para exigir mejoras laborales.

«JUGADA DE LA CABRA» / Como recordó Ricardo Cabezas, el primero en subirse al escenario, «Badajoz es ahora, después de 24 años, socialista». Él ganó las elecciones como candidato a la alcaldía, «pero me hicieron la jugada de la cabra», se lamentó. El Gobierno local está en manos de PP, Cs y Vox. «Ciudadanos no es de fiar. Dicen que su línea roja es Vox pero es mentira», aseguró.

Fue directo con el partido de ultraderecha: «Los veo y me recuerdan a la columna de la muerte. La que fusiló a miles de pacenses en esta plaza de toros, hace 83 años».

El Palacio de Congresos de Badajoz se levanta sobre esa antigua plaza de toros a la que se refería Cabezas; allí se vivió uno de los capítulos más sangrientos de la Guerra Civil con el asesinato de más de 4.000 personas. Ahora es uno de los lugares de memoria. Un contexto más que adecuado para recoger el guante que había lanzado Cabezas: «Fue una de las primeras evidencias de la política de exterminio en una ciudad mayoritariamente republicana y socialista», manifestó después Maribel García, candidata número dos al Congreso por Badajoz, y la segunda en intervenir. «Gracias por sacar al dictador del mausoleo», expresó. Y el público rompió en un fuerte y largo aplauso. «Antes una señora me ha dado las gracias en nombre de su abuelo», manifestaría después Pedro Sánchez. Y de nuevo, un público entregado.

Valentín García, número uno al Congreso por Badajoz fue el tercero en tomar la palabra y se centró en los resultados electorales: «No basta con ganar, hay que sacar más para que no pueda conformarse esa mayoría de bloqueo», subrayó. Y agregó «que las mujeres vuelvan a votar» bajo el convencimiento de que el sector femenino cogerá la papeleta socialista.

También aseguró que, «ahora sí», si gobierna el PSOE se derogará la reforma laboral.

UN DEBATE DE PELÍCULA... / Quien estuvo ayer bromista fue el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que analizó el debate del pasado lunes colocándole a cada candidato un película. Pedro Sánchez se encontró Solo ante el peligro; Pablo Casado y Albert Rivera protagonizaron Dos hombres y un destino («¿sabéis qué destino no? La oposición»); Santiago Abascal era El hombre que mató a Liberty Valance; y Pablo Iglesias parecía el actor principal de Le llamaban Trinidad.

También quiso apostar Vara: «En el mitin de Mérida dije que íbamos a sacar mayoría absoluta en Extremadura y no me equivoqué. Ahora digo que vamos a obtener un diputado más, no sé si por Cáceres o Badajoz, pero uno más». El PSOE logró en abril 2 de los 4 escaños de la provincia cacereña y 3 de los 6 de la pacense. La intención es arrebatarle el asiento a Vox en Badajoz. «Si el voto progresista se concentra en el PSOE dejamos a Vox sin representación».

«¡Convénceme para el voto!» / Y por último tomó la palabra Pedro Sánchez, quien acusó a los líderes de la derecha de no replicarle a Abascal sus ideas de extrema derecha (como si solo fuera responsabilidad de ellos dos). «Lo grave fue escuchar el silencio de Rivera y Casado», manifestó.

Ironizó con que todos le acusan de tener un pacto con los otros y se lamentó de que nadie secunde su idea de dejar vía libre a la lista más votada.

En su momento álgido del discurso, una señora le espetó desde el público: «¡Convénceme para que te vote!». Y Sánchez le habló de la violencia machista, la precariedad, la ley de dependencia... «¡A votar, a ganar y a gobernar!», concluyó.