En el PP preocupa que la opinión pública no entienda --o malinterprete-- la confusa postura adoptada por Mariano Rajoy y el PP ante la oferta de pactos anticrisis lanzada por el Gobierno. Y es que la dirección conservadora que se dice dispuesta a acudir a la cumbre económica impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero pero, al mismo tiempo, la desacreditan y auguran su fracaso. Ante tan contradictoria posición, algunos barones territoriales como Pedro Sanz (presidente de La Rioja) y Luisa Fernanda Rudi (responsable del PP aragonés) recomendaron ayer a Rajoy, en el seno de una reunión a puerta cerrada, más pedagogía, mensajes claros y cierta reflexión sobre las consecuencias de rechazar pactos de forma tajante.

Según varios de los presentes, Sanz sorprendió a sus compañeros abogando por un Gobierno de concentración PP-PSOE si la cosa no mejora y el Ejecutivo ya no tiene suficiente con el apoyo de las minorías, una hipótesis a la que se adhirió en tono jocoso la presidenta de la Comunidad Madrid, Esperanza Aguirre, pese a no haber solicitado previamente el turno de palabra. "Espero que no se filtre lo que voy a decir, pero estoy totalmente de acuerdo con Sanz. Y si el PSOE no sabe qué hacer para salir de la crisis, que le dé al PP los ministerios de Economía y Empleo, y que sean sus ministros Cristóbal Montoro y Javier Arenas", propuso divertida. Como era de esperar, al entorno de Rajoy no le hizo demasiada gracia la inesperada irrupción de Aguirre en el debate.

COMISION PATADA De hecho, el debate sobre la estrategia de la dirección ya resultaba noticioso en sí mismo, dado que el PP no se caracteriza por utilizar los órganos del partido para intercambiar criterios. Y mucho menos para enmendarle la plana, con mayor o menor intensidad, a la jefatura. Pero las palabras pronunciadas por Aguirre --pese a estar envueltas en un tono irónico-- cayeron como un jarro de agua fría entre varios miembros de la dirección conservadora, temerosos de que fuese la lideresa la que se llevase una vez más los titulares del día, y no Rajoy.

El presidente del PP quería vender ayer un mensaje apto para populares moderados y duros. Por eso proclamó en su discurso estar dispuesto a escuchar las propuestas gubernamentales para frenar la crisis y a darles respaldo si las considera válidas, pero, a la vez, tachó la comisión de Zapatero de "una patada hacia delante, esperando a que escampe y para generar confusión".

La intervención de Rajoy fue, pues, premeditadamente ambigua. Eso significa que algo se ha movido respecto al "no" tajante que exhibió el líder conservador el miércoles pasado en el debate del Congreso. Sin embargo, algunos compañeros de partido opinan que podría ser conveniente avanzar todavía más por el sendero del consenso.

SIN ENTRAR A FONDO Uno de esos compañeros es la presidenta del PP aragonés. Rudi reclamó ayer más pedagogía para "explicar muy bien" la posición que toma Rajoy ante cada propuesta lanzada por el jefe del Ejecutivo, dado el riesgo de que la sociedad acabe por percibir a los conservadores como el único partido que se niega al acuerdo. Fuentes populares añadieron que Rudi llegó a admitir que hay "gente por la calle" que le reclama un giro y que, por tanto, no se debería perder de vista que "algunos de los votantes del Partido Popular pueden no entender el rechazo" a un pacto, pese a que el sector más conservador lo aplauda a rabiar.