Ni el golpe policial contra ETA ni la breve reunión del jueves entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Eduardo Zaplana bastan para cerrar la brecha abierta entre el Gobierno y el PP en la lucha antiterrorista. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega culpó ayer al partido de Mariano Rajoy de haber roto todos los puentes con el Ejecutivo y descartó que en breve traten de reconstruirlos con un encuentro entre José Luis Rodríguez Zapatero y el líder conservador.

De la Vega exculpó al equipo de Zapatero de cualquier responsabilidad en ese distanciamiento y aseveró que fueron "los dirigentes del PP" quienes quebraron la relación cuando "decidieron hacer de la lucha contra el terrorismo su lucha particular contra el Gobierno". Desde entonces, dijo, la posición del Ejecutivo "no se ha movido ni un milímetro". A pesar de esa dureza, aseguró tener la "mano tendida" al PP por si "rectifica" y se une a la "mayoría social y política que desea el fin del terrorismo".

Sobre el proceso de paz, De la Vega dijo que el Ejecutivo sigue "claramente comprometido" con la búsqueda del fin de la violencia, y "no está ni más ni menos optimista que hace nueve meses". El Gobierno, zanjó De la Vega, "hace todo lo que le corresponde, con la ley en la mano, para llegar al fin de la violencia".