La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha cumplido un año más con lo que ya es una tradición en su agenda: la gira iberoamericana que realiza cada verano desde que accedió al cargo. En esta ocasión, durante 13 ha visitado seis países: Guatemala, Honduras, Nicaragua, Chile, Ecuador y Argentina.

En total, más de 40.000 kilómetros recorridos en uno de los aviones de la Fuerza Aérea española, amén de otros muchos trayectos por carretera y por mar. En estos tres años, a la vicepresidenta solo le habrá quedado pendiente Cuba, El Salvador y Venezuela.

De la Vega se ha entrevistado con todos los presidentes, y se ha interesado por algunos de los proyectos de cooperación que España lleva a cabo en estos territorios, teniendo en cuenta que Centroamérica es una zona prioritaria para la ayuda internacional que ofrece el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero también ha comprobado que las empresas españolas, entre ellas multinacionales como Unión Fenosa en Nicaragua, o Repsol YPF y Telefónica, en Ecuador, muestran inquietud por la estabilidad política de los gobiernos de estos países.

Algunos de estos estados, como es el caso de Guatemala, Ecuador y Argentina, están inmersos en plena campaña electoral. Fuentes del Gobierno español atribuyen precisamente a estos procesos democráticos los agresivos --y también populistas-- discursos de presidentes como el de Guatemala, Oscar Berger.

MENSAJE DE CALMA De la Vega ha intentado tranquilizar a los inversores españoles, y ha pedido "lealtad y diálogo" a los gobiernos. La vicepresidenta asegura que durante la gira ha podido constatar "con orgullo" la apuesta de las empresas españolas por invertir en Latinoamérica, y que ha comprobado cómo son inversiones que ayudan al desarrollo de unos países que, en la mayoría de los casos, aún arrastran unos altos índices de pobreza.

La número dos del Gobierno español ha comprobado sobre el terreno que toda ayuda es poca para luchar contra la marginación. Una de las imágenes de esta gira por Hispanoamérica es la que Fernández de la Vega protagonizó al visitar el basurero de La Chureca, situado en Managua, donde malviven más de 1.200 nicaragüenses. La vicepresidenta quedó tan impresionada que prometió que el Gobierno español no parará hasta conseguir el sellado de este vertedero.

A pesar de la ajetreada agenda y de los kilómetros acumulados, la vicepresidenta asegura que no tendría problema en recorrer de nuevo la misma distancia.